La teoría de la evolución regresiva


En vista de los acontecimientos acaecidos ayer noche, 10 de enero de 2009, entre las 00:30 h. y las 05:30 h. de la mañana, me veo en la obligación de compartir el pequeño pero interesante estudio sociológico realizado (o sufrido) por mi inseparable binomio y la que suscribe. El estudio consta de la observación directa de cuatro sujetos a los que llamaremos respectivamente "el guarro", "el ñu", "el orco" y "el nenuco". Dicho estudio tratará de demostrar la teoría de la evolución regresiva, consistente en la certeza de que el hombre (llámese también varón, macho o fuerza testicular), habiendo alcanzado el cénit de su propia evolución, regresa inexorablemente a los principios primates. Comprobemos nuestra teoría.

Caso 1, "el guarro". Sobre las 00:30 h. del día mencionado, mi inseparable binomio y la que firma nos hallamos en un bar de León de lo más conocido y prestigioso por su larga historia alimentando sanamente a la juventud de nuestra querida ciudad: Bar Casa Benito, o popularmente conocido como "El Beni". Allí nos encontrábamos como digo, tomándonos unos cacharros, hablando de nuestra cosas y, en definitiva, intentando arreglar el mundo, por lo menos el nuestro, cuando apareció el primer objeto de análisis de nuestro estudio, "el guarro". Dicho ejemplar, envalentonado por hallarse entre la manada y, sobre todo, por ciertas sustancias estimulantes, no dudó en tirar uno de los cacharros y verter su contenido por toda la mesa, amén de pantalones y zapatos. Pero "el guarro", aparcando la caballerosidad y la buena educación propias de un siglo trasnochado, optó por no levantarse a buscar uno de esos trapos amarillos que absorben los líquidos y así limpiar la mesa. "El guarro" prefirió que la galantería correspondiese a las féminas, y claro, una vez limpiamos nuestra parte de la mesa, decidieron cambiarse a otra, porque siempre es más fácil usar y tirar que reciclar.

Caso 2, "el ñu". Ya casi al final de la noche, allá por las 5:00 h., después de ejercer de Reyes Magos repartiendo chupetes, biberones y pañales, nos hallamos en otro garito de música más diversa: el Korova. A nuestro lado se sitúa una manada heterogénea, con uno de sus miembros destacando del resto por su altura, "el ñu". Esta manada, a diferencia de la anterior, se caracteriza por la madurez de sus integrantes (sobre los 30 años más o menos). "El ñu" intentó desplegar todo un repertorio de finas formas para seducir a una mujer (en este caso la que os habla) que van desde el acercamiento y posicionamiento estratégico para poder contemplar a sus anchas mi real trasero, pasando por rítmicos y leves empujones (está demostrado científicamente que a las mujeres nos encanta que nos metan el codo por el omóplato) y acabando con una de esas frases románticas hasta más no poder, una frase que nos vuelve locas, las palabras que cualquier mujer, sea la que sea, desea escuchar una vez en la vida en boca de un ser de fuerza testicular: "TE PARECES A MICHAEL JACKSON". Su-bli-me.

Caso 3, "el orco". Mismo pub, mismas horas, misma manada. Esta vez cambiamos de sujeto por otro un poco más bohemio, más intelectual y culto, que no dudó (alabada sea su generosidad) en enseñarnos una lengua nueva, el orco, de ahí que el sujeto adopte ese mismo nombre. "El orco", dirigiéndose hacia nuestras personas, nos saludó amablemente en ese idioma nuevo: "¡aaghaaaa!" (intento reproducirlo textualmente, pero comprended la dificultad de tamaña empresa: este lenguaje no posee escritura). Mi inseparable binomio y la que escribe nos miramos atónitas por semejante revelación divina y casi al unísono decimos: "¡¿qué?!", respondiendo "el orco" con una nueva construcción lingüística que acerca su idioma al de los ángeles: "aaghaaaaaaa!". Tocadas por el halo divino del idioma orco, las tímidas risas aparecen en sus diferentes versiones "partida de caja monumental", "haciendo abdominales" o "me se escapa el pipí".

Caso 4, "el nenuco". Mismo pub, mismas horas, cambio de manada. Un pequeño grupo de machitos, observando las diferentes maniobras de seducción de los varones de la anterior manada, deciden poner en práctica sus verdes conocimientos sobre este fino arte con un diálogo plenamente estructurado, un vocabulario elegante y una actitud corporal respetuosa. Para ello acude en avanzadilla "el nenuco": "¿Cómo te llamas?", "¿Cuántos años tienes?" y la boca pegada en mi real cuello. Mi inseparable binomio y la que os demuestra esta teoría respondemos lo mismo: "Julia" (la leyenda se hace realidad; algunas mujeres nos vemos obligadas a usar un seudónimo, casi siempre el mismo, en determinadas circunstancias como la presente). "El nenuco" se rasca la cabeza asombradísimo de que las dos tengamos el mismo nombre (un hecho que pasará a los anales de su corta vida) y exige conocer la edad de la menda, que amablemente responde no ser de buena educación preguntarle la edad a una mujer (fue necesario repetirlo dos veces, la segunda lenta y pausadamente). "El nenuco", herido su orgullo de fuerza testicular, ataca infructuosamente: "Vas de diva" y "Que sepas que eres muy fea". Ante la tentación de reírme en su cara (ups, creo recordar que sucumbí a ella) o soltarle la mayor bordería "diva" jamás escuchada por sus finos oídos, opto por seguirle el juego como una tierna mamá que se deja perder a las cartas, y le sugiero amablemente que es libre de narrarles al resto de colegas de su manada la versión que él considere necesaria para no hacer evidente su fracaso. Al fin y al cabo fui yo, la que os cuenta esta historia, la que quiso ser molestada e insultada por un sutil "no".

Analizados estos cuatro casos, mi inseparable binomio y una servidora estamos en disposición de afirmar que la teoría de la evolución regresiva se confirma en su más alto grado. La educación y el respeto, la caballerosidad, la inteligencia, la buena conversación, el buen gusto en definitiva de la especie masculina sufre un serio retroceso evidente en las nuevas generaciones, regresando a las formas primitivas y primates de sus más antiguos ancestros.

10 comentarios:

Servando dijo...

Estrenando la tanda de comentarios sobre esta entrada he de decir en defensa del género masculino que siempre hay excepciones, por suerte si que hay excepciones a este tipo de "hombres" (lo de hombres se le presupone aunque debería comprobarse cuanto de hombres), lo que ocurre es que siempre destacan los que carecen de verguenza y educación, es lamentable pero estoy acostumbrado a que se me incluya en este tipo de género simplemente por el hecho de eso, de ser hombre.
Puedo afirmar y afirmo que no todos somos así, y que siguiendo una sencilla ley de supervivencia, el mejor adaptado sobrevivirá, y los desperdicios humanos y chupatintas caraculos desaparecerán irremediablemente.

Saturnino dijo...

Te podría decir que en casa no te pasaría eso, pero viniendo de mí sé que no harías caso.
Pero sabes que domino ese terreno bastante bien, y además de esos.....(no se como denominarlos), también hay de esas....(tampoco sé denominarlas),y son ambos especimenes iguales.
Hoy la juventud no tiene ni educación, ni respeto, ni....nada de nada, bueno algo si mucho morro.
Un Beso.

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Tuviste suerte de no encontrarte el QUINTO ELEMENTO:

El POLIFACÉTICO: Un orco con colonia nenuco más guarro que un ñu.

Hogar, dulce hogar.

Abe dijo...

Hay que reconocer que el arte y oficio de la "seducción" no se lleva bien ni con el alcohol, la noche y los pubs.
Si le sumas la testosterona, la cosa sólo puede salir mal.
Con lo que mola arreglar el "mundo" en esos trances, yo en ese menester echaba las horas muertas.
Un saludo.

Beatriz dijo...

Genial descripción de la fauna nocturna. Demasiadas veces me he encontrado con sujetos similares aunque creo que nunca juntos en la misma noche. En fin, como representante femenina de los comentarios, te diré que estoy completamente de acuerdo con tu estudio sociológico.
Por cierto, enhorabuena por los 58 minutos del entreno de ayer.
Besitos.

SONIA dijo...

Crazysoul: doy gracias a dios de que no todos los tíos sois así; me consta, y por esa razón me rodeo de chicos que no tienen nada que ver con esa manada. La crónica de mi noche de fiesta responde a la situación surrealista de estos pendejos; no pude por menos, jeje. Un saludo amigo!

Papi: ya sabes que me resulta imposible quedarme en casa. Qué le vamos a hacer, me gusta más la fiesta que a un tonto un caramelo. Y si a eso le añadimos que es casi el único día que puedo ver a mis amigos... Menos mal que no siempre se dan días como esos. Un beso!

Gregorio: te voy a confesar que me he reído tanto con tu polifacético que casi "me se escapa el pipí". Y el binomio que me acompañó esa noche tampoco ha podido por menos. Un abrazo!

Abe: te doy toda la razón; a eso hay que añadirle las hormonas seudoinfantiles de los sujetos. Ya ves, lo único que pretendíamos era echarnos las risas, arreglar el mundo de esa semana y para casa tan tranquilas... menudo percal! eso sí, nos reímos de todos ellos. A la cara, como debe ser. Doy fe! Un saludo!

Beatriz: sé que me comprendes, jeje. Luego te preguntan por qué eres borde y claro, te da la risa... en fin, con su pan se lo coman. Muchas gracias por tu apoyo! Te sigo dando ánimos para esa Media!! Un beso!

Mirage 2501 dijo...

No he podido menos que impresionarme de tan brillante taxonomía del género masculino que frecuenta el pub en manada homosexual (homosexual en tanto a que la manada se compone solo de machos). Además de impresionante por lo clarividente de la descripción, he de decir que me agrada por el hecho de haber sido realizada en base a la cruda experiencia de la noche leonesa (cruda por el frío, cruda por la ralea de gente que la colma)y aun siendo yo animal que pertenece al macho humano, citaré para corroborar tan sabia clasificación lo que decía Jacinto Benavente, hombre preclaro y homosexual (esta vez usado el término en su definición de diccionario): "El hombre, un milímetro por encima del mono cuando no dos centímetros por debajo del cerdo".
No voy a defender a mi género, pero solo diré en defensa de tod@s que, en lo que se refiere al género humano, nunca espero encontrar gran cosa cuando salgo de fiesta; es más, muchas veces me pongo en modo "visita al zoo" para no rasgarme las vestiduras allí mismo y por lo menos echarme unas risas, aunque de cualquier modo, siempre es mejor ir al zoo de verdad, porque por lo menos siempre hay nobleza y dignidad en los animales no humanos, cosa difícil de encontrar en las noches etílicas, y casi en los días normales. Yo ya hace mucho tiempo que renuncié a encontrar en un pub a alguien con quien establecer una relación positiva en cualquier sentido. Sea como fuere, felicidades de nuevo por la clasificación. Y gracias por las risas.

OFFICIUM dijo...

Siento enormemente tener que darte la razón. Aunque siempre existiran excepciones que confirmen reglas, como, verbi gratia, yo. Ja ja ja
Un saludo

SONIA dijo...

Mirage 2501: me alegra mucho tu vista a mi blog y sobre todo tu comentario. Te lo tengo que decir: escribes muy bien. Ya me imaginaba yo que ibas a estar de acuerdo conmigo. Pero bueno, ante semejante espectáculo no queda otra que reírse. Y mucho. Y creo que otra cosa no, pero nosotros, reírnos, lo que se dice reírnos, lo hacemos muy bien. Muchos besos y a ver si actualizas más tu blog, que me encantan tus reflexiones:P

rubenlois: gracias por darme la razón. Y como le dije a crazysoul, doy gracias de que existen excepciones. Sino, no tendría gracia. Un saludo!!

Anónimo dijo...

Creo q voy a tardar mucho en olvidar esta noche, era de lo más surrealista que nos había pasado en mucho tiempo, y mira que realizamos misiones, para la próxima iremos en busca del uruk hai!