Pensaba comprarme esta novela de Carlos Fuentes y leerla de a poquito, como deben leerse las grandes novelas (o las supuestas como tales), pero se me adelantaron mis tías Beatriz y Anabel y me la echaron en los Reyes. He estado habitándola desde entonces, y puedo decir ahora que la he terminado, que promete mucho, pero que al final decepciona como un chicle de sabor intenso (no me resisto al homenaje a Peter Griffin).
Carlos Fuentes es uno de esos monstruos de la literatura con novelas épicas e inolvidables como La muerte de Artemio Cruz (que me encantó y por supuesto recomiendo) o La región más transparente (que me estoy leyendo ahora, aprovechando la edición conmemorativa que han lanzado). El año pasado, con motivo de su 80 cumpleaños y el 50 de La región, se celebró en México, su país natal, un homenaje por todo lo alto, honrando a este genio de la literatura. No puedo opinar literariamente más allá de lo que he leído, que son las novelas anteriormente citadas más que la nos ocupa, pero sí quizás desde lo estudiado. Es por ello que Carlos Fuentes se erige como una figura clave en la historia de la literatura hispanoamericana, con la salvedad que de que los años pasan (para todos) y ciertas novelas no alcanzan el nivel esperado.
Es lo que sucede con La voluntad y la fortuna, la amplia historia sobre el destino y la voluntad de las personas. ¿Podemos ejercer tal presión sobre alguien y someterlo a nuestro arbitrio? No hace falta contestar, como tampoco olvidar que siempre ese alguien trata de no cometer los mismos errores, aunque sí otros. ¿Escapamos del azar o éste nos tiene preparado el camino, hasta el punto de encontrar una carta de alguien amado y perdido en manos de un escribano de plaza mayor? ¿Por qué siempre que se nos trata de apartar de cierto destino acabamos sucumbiendo a él? ¿Por qué siempre existe una "araña" (nunca mejor dicho) que teje toda una red en la que habremos de caer inexorablemente?
En mi opinión estas preguntas centran la trama de la novela, dominada por la presencia de dos jóvenes, el narrador Josué y su inseparable y extraño amigo Jericó (yo también me inclino a pensar que la elección de nombres no es nada inocente). Asistimos a su niñez y juventud, a la construcción madura que supone convertirse en adulto y, no en balde, al trasfondo político y social de un país tan complejo como México. De ahí que desde el principio dos sean los poderes enfrentados, el empresarial y el político-presidencial, es decir, Caín y Abel.
Lo más interesante son los diálogos que mantienen los jóvenes con Filopáter durante su juventud ("Cuídense de los extremos"), asicomo la figura del licenciado Sanginés, ese abogado conciliador de los dos poderes, Caín y Abel, con la ventaja (y mala suerte) de contemplar el juego desde ambos bandos. También resulta atrayente, por lo misteriosa, el personaje de Asunta Jordán, en cuyas redes caemos sin poder evitarlo, arrastrados por la fascinación que ejercer en el narrador.
Lo que estropea la novela son las últimas 100 páginas, más o menos, que derivan en un monólogo apenas soportable y haciendo confluir la personalidad de ambos protagonistas, sin casi densidad moral ni consistencia psicológica de peso.
Aun así recomiendo su lectura por las "perlas" filosóficas que incluye y el dibujo, casi preciso, del país mexicano y sus circunstancias particulares. Ayuda a comprender qué es lo que ocurre más allá del Atlántico, y si ello contribuye a enriquecer nuestros puntos de vista, la lectura no se hará en vano. Para finalizar, y como es costumbre en este blog, os dejo algunas citas.
"Es curioso que en un momento de cambios físicos tan grandes la mente se empeñe en prolongar la infancia, ya que la fe en que la adolescencia misma será eterna no es más que el espejo de la convicción (y convención) tácita de la infancia: seré siempre niña, niño, aunque sepa que no lo seré. Pero seré adolescente con mentalidad de niño, es decir, de sobreviviente." (p. 81).
"Hazte poderoso por tu cuenta y manda a la chingada a los aduladores" (p. 171).
"para tener vergüenza hay que tener coco" (p. 217).
"La realidad va a exigir cosas acordes con nuestros talentos aunque discordes con nuestros ideales" (p. 283).
"-Aprovecho para decirte que hay que merecer mi respeto.
-¿Y la admiración?
-Para las vedetes." (p. 409).
"-La verdad se manifiesta sin manifiestos, como la luz cuando desplaza a la oscuridad. La luz no se anuncia ideológicamente. El pensamiento, tampoco. Sólo la tiniebla impide ver." (p. 424).
Fuentes, Carlos, La voluntad y la fortuna, Madrid: Alfaguara, 2008.
Carlos Fuentes es uno de esos monstruos de la literatura con novelas épicas e inolvidables como La muerte de Artemio Cruz (que me encantó y por supuesto recomiendo) o La región más transparente (que me estoy leyendo ahora, aprovechando la edición conmemorativa que han lanzado). El año pasado, con motivo de su 80 cumpleaños y el 50 de La región, se celebró en México, su país natal, un homenaje por todo lo alto, honrando a este genio de la literatura. No puedo opinar literariamente más allá de lo que he leído, que son las novelas anteriormente citadas más que la nos ocupa, pero sí quizás desde lo estudiado. Es por ello que Carlos Fuentes se erige como una figura clave en la historia de la literatura hispanoamericana, con la salvedad que de que los años pasan (para todos) y ciertas novelas no alcanzan el nivel esperado.
Es lo que sucede con La voluntad y la fortuna, la amplia historia sobre el destino y la voluntad de las personas. ¿Podemos ejercer tal presión sobre alguien y someterlo a nuestro arbitrio? No hace falta contestar, como tampoco olvidar que siempre ese alguien trata de no cometer los mismos errores, aunque sí otros. ¿Escapamos del azar o éste nos tiene preparado el camino, hasta el punto de encontrar una carta de alguien amado y perdido en manos de un escribano de plaza mayor? ¿Por qué siempre que se nos trata de apartar de cierto destino acabamos sucumbiendo a él? ¿Por qué siempre existe una "araña" (nunca mejor dicho) que teje toda una red en la que habremos de caer inexorablemente?
En mi opinión estas preguntas centran la trama de la novela, dominada por la presencia de dos jóvenes, el narrador Josué y su inseparable y extraño amigo Jericó (yo también me inclino a pensar que la elección de nombres no es nada inocente). Asistimos a su niñez y juventud, a la construcción madura que supone convertirse en adulto y, no en balde, al trasfondo político y social de un país tan complejo como México. De ahí que desde el principio dos sean los poderes enfrentados, el empresarial y el político-presidencial, es decir, Caín y Abel.
Lo más interesante son los diálogos que mantienen los jóvenes con Filopáter durante su juventud ("Cuídense de los extremos"), asicomo la figura del licenciado Sanginés, ese abogado conciliador de los dos poderes, Caín y Abel, con la ventaja (y mala suerte) de contemplar el juego desde ambos bandos. También resulta atrayente, por lo misteriosa, el personaje de Asunta Jordán, en cuyas redes caemos sin poder evitarlo, arrastrados por la fascinación que ejercer en el narrador.
Lo que estropea la novela son las últimas 100 páginas, más o menos, que derivan en un monólogo apenas soportable y haciendo confluir la personalidad de ambos protagonistas, sin casi densidad moral ni consistencia psicológica de peso.
Aun así recomiendo su lectura por las "perlas" filosóficas que incluye y el dibujo, casi preciso, del país mexicano y sus circunstancias particulares. Ayuda a comprender qué es lo que ocurre más allá del Atlántico, y si ello contribuye a enriquecer nuestros puntos de vista, la lectura no se hará en vano. Para finalizar, y como es costumbre en este blog, os dejo algunas citas.
"Es curioso que en un momento de cambios físicos tan grandes la mente se empeñe en prolongar la infancia, ya que la fe en que la adolescencia misma será eterna no es más que el espejo de la convicción (y convención) tácita de la infancia: seré siempre niña, niño, aunque sepa que no lo seré. Pero seré adolescente con mentalidad de niño, es decir, de sobreviviente." (p. 81).
"Hazte poderoso por tu cuenta y manda a la chingada a los aduladores" (p. 171).
"para tener vergüenza hay que tener coco" (p. 217).
"La realidad va a exigir cosas acordes con nuestros talentos aunque discordes con nuestros ideales" (p. 283).
"-Aprovecho para decirte que hay que merecer mi respeto.
-¿Y la admiración?
-Para las vedetes." (p. 409).
"-La verdad se manifiesta sin manifiestos, como la luz cuando desplaza a la oscuridad. La luz no se anuncia ideológicamente. El pensamiento, tampoco. Sólo la tiniebla impide ver." (p. 424).
Fuentes, Carlos, La voluntad y la fortuna, Madrid: Alfaguara, 2008.
6 comentarios:
De momento me basta con el del otro día, jeje. Pero bueno, me gusta leer en otros blogs comentarios de libros que leen porque luego me resulta más sencillo escoger cuando regalo libros.
Un abrazo del Medio Vecino
"¿Por qué siempre que se nos trata de apartar de cierto destino acabamos sucumbiendo a él?"
Cuanta verdad en tan pocas palabras...
Haces unas reseñas muy buenas, Sonia. Me gusta el título del libro. Dos términos que no tienen nada en común, pero no sé el significado exacto que le da a fortuna(riqueza, azar?).
Yo también creo que los de los nombres de Josué y Jericó no puede ser casual. Según el relato bíblico Josué y su ejercito derribaron con trompetas los muros de Jericó. Ah, una cosa Sonia, estoy teniendo ciertas dificultades para enconrar "Dias de Reyes Magos", pero lo conseguiré
Un saludo
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
CarLitros: yo también creo que con Días de reyes magos tienes suficiente. Si no has leído casi nada en bastante tiempo no sería este el libro que escogería para tirarme a la piscina. Pero sí, está bien que utilices las experiencias de los demás para regalar libros. Y sobre todo que los regales, por supuesto.
Un saludo Medio Vecino!!
Queridísima Sandra: totalmente verdad. A veces en puro empeño en caer, otras cabezonería absoluta. Parece que nos gusta comprobar por nosotros mismos el desastre.
Un besín!!
Rafael: me alegro de que te gusten las reseñas, jeje. En este caso, dada la temática de la novela, fortuna equivale a azar. ¿Cómo compatibilizar el azar la voluntad? ¿Hasta dónde llega cada uno? El propio misterio del ser humano... Es lo que opina Sandra. Tenemos un "destino" hacia el que se encamina nuestra voluntad aunque no nos convenga.
Un abrazo!!
rubenlois: por supuesto que no es casual. Según leí los nombres al principio de la novela busqué las referencias bíblicas (no ando muy puesta en el tema) y me di cuenta del juego que iba a dar el asunto. No me equivoqué efectivamente:P. Siento mucho que te esté constando encontrar el libro, ais. Mira a ver en las bibliotecas o a ver si lo puedes pedir en una librería. En última instancia lo tengo yo:P.
Un saludo amigo!!
Muchos saludos a todos!
Sucumbir....nunca mejor dicho
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