Últimamente las musas viajan a la velocidad de la luz y disperso mi tiempo y mi mente en varios frentes, aquellos que forman mi vida y, en cierto modo, le dan sentido. Regresé a sus páginas por un pequeño ataque de melancolía. Estos se presentan sin previo aviso, anulando el razonamiento y poniendo a flor de piel cualquier leve sentimiento. Preveía la época de cambios... qué coño, queda un mes para mi cumpleaños ("Nunca sé si tengo que felicitarte o darte el pésame", dice todos los años mi amiga Vane) y no sé por qué siempre me deja en estado latente, en la burbuja, haciendo repaso, soñando con un repaso distinto, fijando la vista al frente, tan al frente... Este año lo pasaré lejos de casa, muy lejos de casa, cosa que me alivia por un lado; en cambio por otro, lo volverá aún más triste.
He realizado algunos cambios en mi habitación y se han ido los peluches de mi infancia. He dejado los imprescindibles, los que decoran más que aniñan; pero no he podido quitar a Luis, mi baby feber, mi compañero de juegos desde 1991. Ni siquiera lo he colocado en su nuevo sitio. Lo he dejado donde siempre; donde siempre debemos quedarnos, en la felicidad de la infancia, en el "amigos para siempre", en el tiempo en el que un beso tiene todo el significado del mundo, en los días de la magia... en Días de Reyes Magos.
Son varios los motivos que lo colocan en el primer puesto de mis libros favoritos (y creedme que como profesional de la lectura es casi imposible elegir uno solo) y podría enumerarlos, y contaros todo con la ilusión con la que disfruto leyéndolo. Pero me parece más sugerente la idea de haceros una proposición claramente indecente, indecente porque, en primer lugar, no tengo ningún derecho a deciros qué leer y qué no, en segundo lugar porque las recomendaciones muy recomendadas son foco de grandes decepciones y en tercer lugar porque conlleva abusar de vuestro tiempo y también de vuestra paciencia. Por ello os pido perdón por adelantado.
La propuesta es la siguiente: ante la imposibilidad de hablar de mi libro favorito pido ayuda al personal que lee este blog para que se tome la molestia de leerlo (sólo se requieren un par de horas) y hacerme llegar sus impresiones sobre el mismo. Soy consciente de lo arriesgado de la propuesta, sobre todo porque si no tiene éxito llevará la marca del fracaso encima. Pero si consigo que una persona, tan solo una, haya leído este libro, me sentiré completamente satisfecha, porque estoy segura de que en ese caso cambiará su vida, aunque sea levemente.
Muchas gracias por vuestra atención y, espero, colaboración.
Emilio Pascual, Días de Reyes Magos, Madrid, Anaya, edición de 1999 o edición anotada de 2007.
He realizado algunos cambios en mi habitación y se han ido los peluches de mi infancia. He dejado los imprescindibles, los que decoran más que aniñan; pero no he podido quitar a Luis, mi baby feber, mi compañero de juegos desde 1991. Ni siquiera lo he colocado en su nuevo sitio. Lo he dejado donde siempre; donde siempre debemos quedarnos, en la felicidad de la infancia, en el "amigos para siempre", en el tiempo en el que un beso tiene todo el significado del mundo, en los días de la magia... en Días de Reyes Magos.
Son varios los motivos que lo colocan en el primer puesto de mis libros favoritos (y creedme que como profesional de la lectura es casi imposible elegir uno solo) y podría enumerarlos, y contaros todo con la ilusión con la que disfruto leyéndolo. Pero me parece más sugerente la idea de haceros una proposición claramente indecente, indecente porque, en primer lugar, no tengo ningún derecho a deciros qué leer y qué no, en segundo lugar porque las recomendaciones muy recomendadas son foco de grandes decepciones y en tercer lugar porque conlleva abusar de vuestro tiempo y también de vuestra paciencia. Por ello os pido perdón por adelantado.
La propuesta es la siguiente: ante la imposibilidad de hablar de mi libro favorito pido ayuda al personal que lee este blog para que se tome la molestia de leerlo (sólo se requieren un par de horas) y hacerme llegar sus impresiones sobre el mismo. Soy consciente de lo arriesgado de la propuesta, sobre todo porque si no tiene éxito llevará la marca del fracaso encima. Pero si consigo que una persona, tan solo una, haya leído este libro, me sentiré completamente satisfecha, porque estoy segura de que en ese caso cambiará su vida, aunque sea levemente.
Muchas gracias por vuestra atención y, espero, colaboración.
Emilio Pascual, Días de Reyes Magos, Madrid, Anaya, edición de 1999 o edición anotada de 2007.
8 comentarios:
Cuenta conmigo, en cuanto termine lo qtengo entre manos. Desde aquella primera vez, hace cuanto? 8 años??? no lo he vuelto a leer, seguro que ahora salen matices que en su dia pasaron desapercibidos.
Aqui tienes al segundo que coge el testigo de la proposición. Mañana mimo me pongo a leerlo con la seguridad de que viniendo de parte tuya camabiará mi vida. Ya te contaré Sonia.
Un saludo!
Querida Sonia. El último libro que me leí fue antes de terminar el año 2006, año en el que me leí por lo menos 20. Tengo esa cuenta pendiente conmigo mismo y una lista interminable de libros esperándome, algunos de ellos además que he comprado en estos dos últimos años. Voy a tomar tu proposición de dos maneras. En primer lugar decirte que leeré este libro, además será el próximo que lea, y además espero que después vengan los que me están esperando. De ese modo habrás cambiado mi vida, aunque sólo sea un poquito.
Por cierto, vivo en Murcia, nací en Albacete, pero estuve viviendo en Salamanca, de donde es mi padre, hasta los 17 años, así que durante unos años fuimos medio vecinos, jeje.
Un saludo
Veo que mi proposición ha sido acogida con entusiasmo por tres personas. Os doy las gracias por querer leer ese libro.
Elena: creo que por lo menos hace 7 años que lo leímos. Me marcó para siempre, no lo puedo negar, como tampoco que lo he leído varias veces a lo largo de estos años y siempre encuentro un matiz diferente y enriquecedor. Hay libros que son eternos.
rubenlois: espero no defraudarte con esta proposición, y que disfrutes de la historia que te ofrezco.
CarLitros: debo reconocer que tu comentario me ha asustado un poco (a la vez que me ha gustado), porque llevando tanto tiempo sin leer, igual mi proposición sí que te parece indecente de verdad, jeje. Me alegro de que te hayas animado a poner un libro en tus manos; solo espero que te guste y disfrutes con él, y con todos los que vengan detrás y tienes proyectados. Por cierto, te quedarás con el sobrenombre del "Medio Vecino":P
Un saludo a todos y ánimo con esas lecturas!!
Sonia, estoy en la biblioteca (desde que me mudé no tengo internet en casa) y tengo el libro delante (lo he soltado para poder escribir, jeje). Tienes razón, es un libro de dos horas, así que me lo llevaré cuando me vaya de aquí (por supuesto, prestado, aún no me ha dado por robar libros...) y lo leeré no creo que más tarde de esta misma semana.
Y que no te asuste mi comentario, llevo mucho tiempo sin leer porque en estos dos últimos años no he tenido la tranquilidad necesaria para la lectura. Espero que a partir de ahora esto cambie.
Ya te contaré cómo ha ido esta proposición indecente.
Salud
Es bonito quedarse en la felicidad de la infancia, pero hay que vivir el presente, sabiendo recordar el pasado y mirar el futuro.
En cuanto a la proposición sabes que ya lo he leído, tambien quizás hará los 7 años, así que cuando acabe el que md tiene ahora amarrado lo empezaré (y no es de Gordon, que lo acabe el día 01); pero eso sí sin prisas.
Un beso.
CarLitros: no veas qué placer saber que una persona está en la biblioteca con el libro que has "pedido" que lean. Estoy casi impaciente por saber si te gusta o no, jeje:P. Espero que a partir de ahora tengas la tranquilidad suficiente para leer, aunque sea un ratito antes de dormir (quien sabe, a veces, ese pequeño momento es el que proporciona la tranquilidad).
Un saludo Medio Vecino!
Saturnino: opino que es un libro que, al igual que El principito, conviene leerlo de vez en cuando. Veo que no tardaste mucho con Gordon (mira que te lo dije) y que ya te has atrevido con Auster. Ya me contarás qué tal está.
Un beso!
Ayer comencé con tu preposiciones, y no me equivoca, no te equivocabas, en que después de estos años parece un libro diferente
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