Estudio sociológico. Declaración de Independencia

No temáis. En esta ocasión el objeto de estudio del presente trabajo he sido yo misma, nada de analizar la fauna y flora de nuestro glorioso panorama nacional, que tantos buenos momentos me reporta. Sin embargo, he tenido que abandonar temporalmente mi atención a las locuras del personal porque la vida de independiente es lo que tiene, que de repente despierta todo un mundo inexplorado que ocupa no poco tiempo descubrir. Además, con mi humilde ejemplo pretendo ilustrar el camino de una recién independizada, mi querida sister Sandra, así como hacer reír un poco a alguien que en un futuro no muy lejano también remontará el vuelo, Mariu. Es lo que sucede cuando uno va creciendo, que siempre tiende a buscar su camino en la vida...

La primera regla básica cuando uno se va a vivir solo es asumir que tienes un problema. Si tú eres una persona despistada a la máxima potencia, un fingerfaust (intraducible) con todo aquello que acaba en tus manos y encima no sabes cocinar, entonces no queda más remedio que entrar en la nueva casa con la consigna bien aprendida: "Hola, me llamo Sonia y soy un completo desastre". Total, lo bueno del asunto es que ahora no habrá nadie que te eche la bronca ni que sea testigo de las grandes hazañas que dejan constancia de tu inmensa inutilidad.

Lo peor que te puede pasar al vivir solo es que se te olviden las llaves de casa (fail!). Para remediar este problema son necesarios al menos dos custodios de sendas copias para que solo te fastidie dar un paseo hacia sus casas. Pero si encima la puerta de entrada cierra mal y por ahorrarte un portazo debes usar tu llave para cerrarla, entonces es que te ha visitado un santo. En caso de no contar con el factor de la providencia sería recomendable un felpudo similar a este:


Las notas son la herramienta más útil para un despistado independiente. Supermercado. Cesta de la compra. Pánico. No me acuerdo qué necesitaba. Anotar poco a poco aquello que va haciendo falta es casi un seguro de vida. La misma estrategia es válida para saber cuándo fue la última vez que regaste las plantas; en esta ocasión quizás no convenga fiarse de una inspección visual en busca de hojas mustias, a veces ya es demasiado tarde (nota mental: los cactus también se riegan; no sé por qué pero también poseen la propiedad biológica de morirse; no es imposible).

Eso sí, de momento no ha sido necesario pegar ninguna nota en la puerta para recordar que hay que tirar la basura. Estoy orgullosa de mí misma: tengo buen olfato. Además, cuando uno vive solo ha de saber que existen bolsas de basura pequeñas, perfumadas y todo, pero aun así no conviene llenarlas del todo, mucho menos cuando has comido pescado...

Pescado. Esto es, quizás, lo más importante de todo: los lunes, repito, los lunes, NO hay pescado. Da igual que acudas a veinte supermercados y pescaderías, que te imagines una conspiración en tu contra, una broma, una huelga, no importa que regreses cabreado a casa a comprobar en algún periódico on line si los pescadores se han negado a faenar. Cualquier intento es inútil, los lunes, repito, los lunes, NO hay pescado. Y por supuesto mamá lo sabía... 26 años y yo no tenía ni idea. Eso sí, llega el martes y ahí estamos haciendo cola con el número en la mano esperando nuestro turno. Sin embargo, mis dotes observadoras se ven anuladas por mi despite natural marca de la casa. Ya en mi hogar manipulo los peces para congelarlos, pero... ¡error! Mis manos, mi pelo, mi ropa apestan a barco. El capitán Pescanova lleva chubasquero, botas y gorro. El pescadero lleva delantal, guantes, gorro y botas. Superviso el material y elijo lo necesario: delantal y guantes. Me siento muy orgullosa de mi misma.

Tan orgullosa que uno de los elementos imprescindibles es mi casa es una caja de herramientas (quién me ha visto y quién me ve), pero no una caja cualquiera, no, sino la caja del Ikea, que me ha sacado de no pocos apuros y ha explotado esa vena de bricomanía que tenía tan oculta en lo más profundo de mi ser... Aunque supongo que no será culpa del martillo que los cuadros, por sistema, siempre acaben torcidos. Porque no importa cuántas mediciones se hagan ni cuánto nos alejemos de la pared para revisar el trabajo, en el momento de dejar el cuadro a merced del colgador siempre se caerá irremediablemente hacia un lado.



Como irremediable es el hecho de que aunque te hayas pasado media mañana en pleno zafarrancho de limpieza siempre quedará la insidiosa pelusilla tocapelotas... Para eso no hay remedio, siempre ganan ellas (nota mental: les gusta hacer comunas hippies y se hacen fuertes en el pasillo y detrás de la puerta del dormitorio). 

A veces dar la vuelta a un colchón 150x200 no hace mucha gracia, pero aun así, con más maña que fuerza, uno solo puede apañárselas bien. Para lo que sí es necesaria cierta ayuda es para ponerle la funda... Podrás pasarte media hora lidiando con la funda, el colchón y todo lo que quieras, que justo cuando solo tengas que cerrar la cremallera te quedarás con ella en la mano a punto de llorar como un dibulo animado.


Estas son algunas de mis andanzas como independiente. Ya sé que vosotras dos, Sandra y Mariu, sois chicas listas y competentes y no tendréis los problemas que tengo yo. Sirva esta entrada para haceros reír un poco, que no me pondré bajo el miscroscopio demasiadas veces... 

8 comentarios:

Jan dijo...

como me suena casi todo eso... menos lo del pescado, que no lo consumo (pero bastante aplicable a la fruta) lo de las llaves, las plantas, los colchones, el uso del taladro,o la pelusa, ese enemigo imbatible, podría haberlo escrito yo mismo... por no hablar de temas como plancha, lavadoras, limpieza de baños y otros apasionantes temas caseros :)

besos

Saturnino dijo...

Que no cunda el pánico, siempre te quedaran tus padres.
Un beso.

Unknown dijo...

Jajaja, genial Sonia, me he reído un buen rato... :) Por cierto, si con 1 colgador el cuadro se inclina......... prueba con 2. ;)

Muchos besos y suerte en esa independencia.

Anónimo dijo...

La libertad tiene sus cosas. Ah! y no te olvides de las reuniones de vecinos y los vecinos mismos. Hay algunos que son como esas pelusas que describes.

Saludos desde La Elipa, Sonia
Jaañ

Risco dijo...

Que recuerdos.
Los hombres lo tenemos más fácil.
La natutaleza nos otorga el regalo de aguantar un nivel de mierda más alto.
Me has hecho reir.

SGF dijo...

El tema de las notas ya lo copié desde el primer día. GRACIAS!
Lo mismo digo de la caja de herramientas. GRACIAS!
Muy bueno el análisis acerca del pescado, y de las pelusillas no tengo nada que decir porque ya he asumido que es una guerra perdida.
Un besin sister,

PD: el comentario de Saturnino me suena tanto ...

Santa Biología dijo...

Hay varias cosas básicas a la hora de independizarse:

Nada de animales que puedan morir de inanición o de una hipotermia (cuando en enero se te olvidan tres días en la terraza) y nada de plantas que necesiten ser regadas cada, al menos, un par de meses.

Yo sigo dañando mi autoestima cada vez que al cruzar la puerta de casa me encuentro un cartel que me llama "BASURA", pero no encuentro otra forma de bajar la basura "cada tres semanas" (cuando está llena de pescado la saco para la terraza un mes).

Lo de las pelusas, bá, ya te acosrumbraras, te será más fácil familiarizarte con ellas si las pones nombres, a mi los nombres de personas de la familia me van bien, al fin y al cabo pasas más tiempo com ellas que con tus tios, por ejemplo.

Y por último no olvides comprar el periódico al menos una vez cada dos semanas, aunque no lo leas, pero es que nunca sabes cuando lo vas a necesitar. O eso o convencer a tus amigos que cuando vallan por primera vez a tu casa el mejor regalo posible es un paquete de papel higiénico.

Un saludo y suerte

Tecolinha dijo...

jajaja, Santa Bilogía, muy buenos apuntes, sí señor.
Sonia, suerte en esta nueva etapa, disfruta de todos los descubrimientos y sé feliz con tus padres cerca :-)
En mi primera época como "independiente" estaba sola y a unos 350 kilómetros de los míos. La casera me dio un buen consejo respecto a las llaves: "nunca cierres la puerta sin haberlas metido en la cerradura por fuera" Es un poco rollo al principio, pero ¡no falla!

¡Suerte!