Aparezco por fin en mi blog, que es como decir que vuelvo a casa, después de unas semanas de poco correr y mucho trabajar. La vida tiene estas cosas, que las devociones quitan tiempo a las pasiones y eso se traduce en un silencio prolongado que me ha impedido entrar aquí y visitar a los amigos blogueros. Durante este tiempo he corrido poco, no más de dos días a la semana, siempre por debajo de los 10km, a ritmos cómodos y con sensaciones irregulares. Tan solo mi asistencia al Adidas Running Day con Julio y Héctor contribuyó a fabricar un poquito de ganas y por eso esta última semana me he encontrado mejor.
Pero llegó el domingo, día de competición después de un mes sin ponerme el dorsal, y a La Bañeza que nos fuimos mis padres, Saturnino y Ángeles, y yo. La Carrera de la Esperanza es una cita especial en el circuito leonés. Organizada por el equipo Mujeres Running, la carrera destina todo el importe de la cuota de inscripción (sí, he dicho todo) a la AECC, además de atender perfectamente a los corredores, siempre desde la humildad y el cariño que caracteriza a este equipo, que organiza un evento abierto a todo el mundo, corredores, andarines y niños, todos con sus respectivas pruebas.
Sin saber cómo se daría el día y después del encuentro con compañeros y amigos, tomamos la salida a las 10. Mi padre me desea suerte y comienza la andadura. Como tengo dos vueltas por delante, la primera me la tomo como toma de contacto y así, nada más empezar, nos encontramos con una cuesta que quita el sentido. Ya conoceis todos los juramentos que este tipo de obstáculos suele provocar en el pelotón, pero por suerte es bastante corta y sigo mi camino, con el Gran Caballero cerca, muy cerca, siempre a la vista. Surgen dudas. Soy consciente de la expectación de nuestro entorno sobre cuándo llegará el día en el que adelante a mi padre en carrera. ¿Sería ese el día elegido? Mis sensaciones dicen que no, tengo fuerzas en la reserva pero no quiero ir al límite y, francamente, no me veo corriendo a los ritmos de mi padre, que por momentos parece tomarme más distancia.
Foto cortesía de Ángeles
Dejo de darle importancia al asunto y en compañía de Pedro, también corredor del Nunca correrás solo, completamos la primera vuelta en menos de 19', quizás más rápido de lo que tenía previsto. Pienso en si podré aguantar el ritmo, si podré meter algún cambio, si llegarán las fuerzas al final, y en estas, pensando, pensando, llega de nuevo la cuesta, acorto la zancada, agacho la cabeza, mantengo ritmo y respiración, tal como mi padre me ha enseñado y aconsejado tantas y tantas veces... Y de repente ahí está, el Gran Caballero ha perdido comba y la segunda vuelta le empieza a pasar factura. En ese momento me doy cuenta, lo sé, el día elegido es este. Agradezco los ánimos de Siridia (¡y Dobra!) y aprovecho la bajada para recortarle metros a mi padre (hasta escribiéndolo me siento extraña). Pasada una curva a derechas le llamo y me pongo a su altura. Mi corazón se dispara y me emociono. "Me quedo contigo". "No, sigue adelante". "Que no, te acompaño". "No, tira hacia delante". Y mis pasos, por primera vez en mi vida, se alejaron por delante de los de mi padre.
La palabra que se me viene a la mente para describir este momento es orgullo. Orgullo de hija por tener un padre que me ha inculcado su amor por este deporte, por el a mí me gusta correr y punto, por la humildad y la generosidad del trabajo bien hecho. Me veo haciendo lo que pocas veces he hecho, mirar continuamente atrás, sobre todo ahora que lo que he dejado a mis espaldas es uno de los pilares más firmes de mi vida. Mis fuerzas se acaban, pero me obligo a mantener el ritmo, a luchar hasta el final, por él, por mi padre, por el Gran Caballero que por primera vez cierra mi camino; al menos le debía completar la carrera dándolo todo. Giro a la izquierda para encarar línea de meta, en la curva Julio y Carmen, Siridia y Dobra, en la recta mi madre, atónita, inmortalizando el momento. Entro en meta en 37'40" y hago lo que no he hecho nunca: me paro en seco, me doy la vuelta y espero a mi padre, contemplando sus últimos metros, recibiéndole como él se merece, con un aplauso, un beso y un abrazo.
Las otras emociones del día, mi pódium, mi segundo puesto en la categoría absoluta femenina, recibiendo el premio de manos de Manuel Martínez, solo son la guinda del pastel.
En el pódium. Foto cortesía de Ángeles
17 comentarios:
Felicidades!!! con poco entreno y subir al podium, Genial...
Sonia, ¡Enhorabuena!, por el podio y por el resto. Mira que yo intenté mantener tu ritmo, pero nada, incapaz de conseguirlo.
Un saludo:
Pedro
Enhorabuena Sonia!. Ya sabía que habías entrado delante de Satur, porque estuve mirando las fotos antes de la clasificación, y me quedé así -> O_o. No paras de progresar y progresar eh!. Ahora a vaciar una estantería para ir poniendo los trofeos que lleguen ;).
:)
Enhorabuena por el podium¡¡
Correr no es tan sólo correr..!! Hay unos valores implícitos y tú lo tienes muy bien inculcados... El podium, desde luego, es una recompensa a tu esfuerzo y fuerza de voluntad... Felicidades, Sonia...!!
si es que tu mejora está siendo impresionante, y eso entrenando poco. Como te pongas en serio, vas a ser una máquina. ¿Qué queda de esa sonia de hace un año???
besos
Era el día. Sabiamos que tenía que llegar y llego; ahora no te descuides porque sabes que nunca te lo voy a poner fácil, tendrás que seguir luchando. Pero no te olvides de correr con humildad.
Un beso.
FELICIDADES SONIA!! por tu podium, por tu carrera y por ganar a tú padre, aunque eso es lo de menos porque tarde o temprano se tenia que producir. Enhorabuena porque formais una familia espectacular y quiero felicitar a tu madre, porque nadie se da cuenta de que es la que inmortaliza nuestros momentos de gloria con su cámara. Sin ella esto no se podría corroborar con imagenes. GRACIAS POR SU PACIENCIA!!!
Por cierto, tambien quero felicitar a Pedro García, tu compañero, por su progresión y su gran ilusión por triunfar en el running. Gran compañero de carrera!!!SALUDOS
Felicidades por el carrerón y por tener a ese Gran Caballero a tu lado. y encima medalla..fantástico.
Enhorabuena Sonia!! la mejor guinda para el pastel...el podio!! fenomenal y eso que estas entrenando poco ufff!! qué máquina estas hecha!!
A seguir así,
bss
Tania
Pues esta todo dicho. No obstante no te duermas en los "laureles" que nos vamos a poner a entrenar tu padre y Yo "mano a mano", esto solo acaba de empezar....
Te aseguro que el orgullo que sintió Saturnino es mucho mayor que el tuyo. Enhorabuena y un fuerte abrazo a los dos. ;-)
Me uno a las felicitaciones por este éxito. Supongo que esta carrera de La Bañeza, por todos los motivos y circunstancias que nos cuentas, pasará a formar parte de uno de esos días que será difíciles de olvidar en la vida de una persona. Que lo disfrutes :)
Enhorabuena, siempre reconforta subirse al pódium.
Un saludo
Enhorabuena, Sonia, tu padre debe estar feliz.
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