Posiblemente esta novela no pasará a ser una de las mejores de la historia: con la voluntad de crear una gran fábula entorno a la figura de Caterina Sforza (bastante verídica por lo que pude averiguar y como corresponde a un historiador como José Calvo Poyato) cae en pasajes demasiado pesados, prolongando innecesariamente la novela, de la que humildemente creo que le sobran algunas páginas.
Lo mejor es que uno, como lector, consigue conectar con la protagonista (la única fémina de la novela, por cierto) y apasionarse con su férrea voluntad de defender sus derechos en un mundo dominado por hombres (justo cuando ya no cabía más esperanza e intuía que me iba a enfrentar a uno de los pasajes más duros, la madonna vence a César Borgia de la forma en que solo podía vencerle: como mujer).
No quiero que piensen que la obra es feminista o que solo me gusta por defender a una mujer (que por otro lado también comete unos cuantos errores): sencillamente me entusiasma este personaje por los valores de fuerza y valentía que encarna, por su arrojo e inteligencia. No importa en este caso que sea una mujer y, de hecho, va acompañada de su fiel Jacopo Giusti, que representa los mismos valores que ella.
Además, la novela sirve para empaparse de la historia de finales del siglo XV en una Italia enfrentada internamente. El juego de intereses políticos y económicos, a veces tan enrevesados, se mezcla con el poder papal de entonces (por cierto, muy interesante la "otra" ceremonia de investidura papal, tanto si es cierto, como si no).
Os dejo una pequeña muestra de la personalidad de Caterina Sforza (interpretada por Paz Vega en la película de Antonio Hernández, Los Borgia):
"-Lo importante no es lo que yo crea, sino lo que creáis vos. No olvidéis que la fe mueve montañas.
-¿Sólo la fe?
-La fe no basta, es necesario que vaya acompañada del esfuerzo. Ahora bien, los esfuerzos sin fe resultan por lo general baldíos." p. 362
José Calvo Poyato, La Dama del Dragón, Plaza & Janés, Barcelona, 2007.
Lo mejor es que uno, como lector, consigue conectar con la protagonista (la única fémina de la novela, por cierto) y apasionarse con su férrea voluntad de defender sus derechos en un mundo dominado por hombres (justo cuando ya no cabía más esperanza e intuía que me iba a enfrentar a uno de los pasajes más duros, la madonna vence a César Borgia de la forma en que solo podía vencerle: como mujer).
No quiero que piensen que la obra es feminista o que solo me gusta por defender a una mujer (que por otro lado también comete unos cuantos errores): sencillamente me entusiasma este personaje por los valores de fuerza y valentía que encarna, por su arrojo e inteligencia. No importa en este caso que sea una mujer y, de hecho, va acompañada de su fiel Jacopo Giusti, que representa los mismos valores que ella.
Además, la novela sirve para empaparse de la historia de finales del siglo XV en una Italia enfrentada internamente. El juego de intereses políticos y económicos, a veces tan enrevesados, se mezcla con el poder papal de entonces (por cierto, muy interesante la "otra" ceremonia de investidura papal, tanto si es cierto, como si no).
Os dejo una pequeña muestra de la personalidad de Caterina Sforza (interpretada por Paz Vega en la película de Antonio Hernández, Los Borgia):
"-Lo importante no es lo que yo crea, sino lo que creáis vos. No olvidéis que la fe mueve montañas.
-¿Sólo la fe?
-La fe no basta, es necesario que vaya acompañada del esfuerzo. Ahora bien, los esfuerzos sin fe resultan por lo general baldíos." p. 362
José Calvo Poyato, La Dama del Dragón, Plaza & Janés, Barcelona, 2007.
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