I Media Maratón de León. Nunca correrás solo


En menos de un mes he sobrevivido a otra Media Maratón, la segunda de mi vida, cuando hace seis meses ni siquiera era capaz de correr dos kilómetros seguidos (verídico). Esta es, pues, la historia de una persona anónima, de cualquiera con quien nos cruzamos por la calle, de alguien que no ha hecho nada meritorio para ser incluido en los anales de la historia de la humanidad; pero es la historia de una persona que cambió su vida, que un día, allá por el mes de octubre dijo bien alto: "voy a correr la Media Maratón de León, mi ciudad". Hoy echo la vista atrás, repasando los entrenamientos, los tiempos (calamitosos, lo sé) que suelo hacer, los momentos de duda, el cansancio... hoy contemplo el trabajo que hay detrás, las ganas de madrugar un fin de semana y calzar las zapatillas, correr por la nieve y pasar frío. Todo sirvió para que llegara el 22 de marzo a las 10:30 de la mañana, y con el pistoletazo de salida se pusiera a trabajar un perfecto engranaje de ilusión, esfuerzo, coraje, ganas y superación.
Después de una semana en la que no di señales de vida llego al sábado en un estado de nerviosismo contenido, impaciente por echarme a correr de una vez, con ganas. Recojo con mi madre el dorsal; buena señal: luce mi nombre y el número perfecto, mis dos patitos. Lista para el ataque. Harry Potter y la Orden del Fénix me ayuda a pasar el rato, conseguir un poco de calma, concentrarme... CarLitros (yo no sé si el pobre estaba preocupado o no) me mandó un mail con el sano consejo de que durmiera tranquila y estuviera en calma. Se agradecen los consejos de un campeón como él. Como las llamadas de mi gente, mi Equipo Muchachita que cumple un papel vital en esta historia.


A las 11:45 se apagan las luces y lo último que diviso es el 22 y Llarín, cuya fuerza invoco mentalmente para la gran cita. Por la mañana no necesito despertador (cómo lo sabía): a las 6:30 los ojos ya estaban como platos, pero aun así aguanté hasta las 8 para levantarme y desayunar como nunca. Me encuentro ya a mi padre (Saturnino 55) en la cocina, los dos sentados a la mesa mientras yo le abrumo con preguntas tontas. Después comienza el ritual de prepararse, estrenar la nueva equipación del Nunca correrás sólo, el chip en las zapatillas, el dorsal, las fotos de rigor... listos para presentarnos en el Estado Hispánico a las 9:30. Allí nos encontramos con nuestros compañeros; todo son risas, bromas, impaciencia. Me reconozco un poco seria, en proceso de concentración: sólo quiero empezar! Ya en la pista de atletismo se reune el equipo al completo: Ángel, Miguel, Mauri, Isaac, Saturnino, Abe, Amador, Susana, Beatriz y yo; y de allí a la calle aledaña para calentar y colocarnos en la salida (el último punto del cajón es 1h35; bromeo que los que pasamos de las 2 horas tenemos que ir al final de la calle, qué se le va a hacer).

Susana y yo entrenamos juntas, mientras el resto nos supera con facilidad: "¡Estos entrenan a nuestro ritmo de carrera!", sigo bromeando (qué gran verdad!) mientras nos colocamos en la línea de salida (vale, bastante más atrás) y realizamos algunos estiramientos. Es el momento ideal para encontrarse con blogueros conocidos como Crazysoul o Tecolinha, también Jesús del foro de GenteAtletismo.com (muchas gracias por la foto!!) o mi compañera Siridia, que también afrontaba su segunda Media (con unos resultados excelentes, consiguiendo bajar de las 2 horas!!).
Son las 10:30, dan el pistoletazo, mi padre se da la vuelta, me da la mano y me desea suerte. La próxima vez que lo vea será en un momento clave para mí; pero eso viene después. Antes, cada miembro del club sale disparado en cuanto puede, cada uno según sus posibilidades y pronto las chicas nos quedamos en el furgón de cola. Beatriz lleva un buen ritmo, pero no es el mío (aún no) y tengo que dejar que se vaya poco a poco, aunque casi siempre la tuve a la vista a lo lejos. Susana se encargó de cerrar las filas del equipo, no llevaba la Media muy bien preparada y tenía molestias. Su ritmo tampoco era el mío. Así que no quedaba más remedio que afrontar la carrera sola desde el principio. Pronto voy a rueda de un equipo de chicas de La Bañeza cuyo ritmo me va de miedo, así que me mantengo a esa distancia, controlando el paso y el tiempo.


De momento va todo rodado: 5:50' en el primer kilómetro, 12' en el segundo, 17:56' en el tercero. Esto marcha, me digo, pero de repente sufro un pequeño bajón. Mis liebres cambian (supongo que ya han calentado) y aprietan el paso. No voy cómoda, pero continúo detrás, sin parar, contemplando mi ciudad a mi paso. En el kilómetro 4 (24') vuelvo a recuperar las sensaciones y para allá que vamos. Ya en Carbajal me adelanta el último globo de 1:55h. y, a pesar de intentar mantener el ritmo, veo cómo se aleja poco a poco desvaneciendo la ilusión de poder acabar en menos de dos horas. Pero no hay tregua; en la vuelta me encuentro con Beatriz que sigue muy bien y más tarde con Susana, que va aguantando. Bajo Padre Isla con un señor mayor, italiano, que corre que se las pela. Llegamos al kilómetro 9 y otro bajón. Me convezco de que es todo cabeza, físicamente voy como un tiro, ni una molestia, perfecta; y pronto me doy cuenta de que quedan dos kilómetros para pasar por la catedral donde espera mi gente: Elena, Sandra, Mariu, mi madre y Aitor, así que levanto la cabeza y continúo con mi ritmo, siempre hacia delante. Paso por el control de los 10 km en el tiempo esperado: 1:02:32h. y entre las estrechas calles del casco antiguo me acerco a la Pulchra, desfilo por la recta que va directa a la Plaza de la catedral y empiezo a buscar caras, pero ellos me ven antes porque no había ubicado el lugar exacto donde estaban cuando un montón de gritos y voces de ánimo surjen del fondo de la Plaza, dando palmas, haciendo ruido ("Que se note", les dije; ni que hiciera falta), mientras me dirijo a todos ellos sonriendo y le choco las manos al Equipo Muchachita mientras saludo a mi madre y Aitor. Les veo ya tranquilos; no tengo dudas de que pasarían sus momentos de angustia pensando en qué condiciones me verían. Pero qué leches: cómo no voy a sonreírles, me lo estaba pasando como una enana. Me di cuenta en ese momento, cuando emocionada vi a mi gente que había acudido a darme ánimos.


Reconozco que a partir de entonces afronté la carrera de otra forma, más tranquila y animada, a gusto, con un ritmo constante. Ahí noté los entrenamientos: supe exactamente cuánto tiempo haría, cómo iba a correr los últimos kilómetros, sabiendo que aumentaría el tiempo en cada uno de ellos por el cansancio acumulado. Ahí se notó la experiencia de la Media de El Paso: alargué la zancada toda la carrera, si quiera para evitar cargar los gemelos, cosa que nunca, repito, nunca ocurrió, felizmente. Sencillamente corrí a mi aire, disfrutando de mi ciudad, del estupendo tiempo que nos hizo (quitando el viento en algunas zonas), de la gente que animaba... Así se me fueron los 15 kilómetros sin casi darme cuenta, pensando que me tocaba afrontar lo peor de la carrera.
En el 16 entro en mi zona de entrenamientos habitual y, para mi sorpresa, sobrellevo la soledad del paraje muy bien, supongo que acostumbrada a trotar por allí. Soy de los que piensan que conocer el lugar por el que vas a correr influye muy positivamente en el desarrollo de la carrera y a mí me vino de perlas. Luego ya fui plenamente consciente de que quedaban 4 km, el final estaba ahí, al alcance de la mano, solo quedaba recorrer ese barrio fantasma de la Lastra, salpicado de edificios de viviendas a medio terminar, golpeado por las crisis que nos ha tocado en estos tiempos. En estos momentos la cabeza funciona como nunca, realizando el trabajo que las piernas cumplen por inercia, todo es pensar, pensar en un sueño que se va a cumplir, en un reto que ya estaba más que superado. Hasta que una camiseta naranja se acerca de frente hacia mí y reconozco en ella a su portador, Miguel, mi tío, que me da los últimos ánimos y va en busca de Susana, mi prima y su hija, de la que hablaré más tarde.
Unas vueltas más y me planto en el kilómetro 19 con la certeza de que haría unos 7 min de media en los dos kilómetros restantes. No fallé. Encaro la última calle, km 20 y entonces sucede. Ahí está mi límite en esta ocasión. Ya no puedo más. Me abandono y me dejo llevar sabiendo ya que el final estaba muy cerca, vendida al compás cansado de mi piernas, pero satisfecha, pletórica de felicidad. Y entonces, casi como un espejismo, otra camiseta naranja se acerca de cara a mí. No hay dudas, es mi padre, que se pone a mi lado, me ofrece su paso, me anima hasta el final y me acompaña en los últimos metros de un reto que él vio nacer, alimentó e hizo suyo. Un giro hacia la izquierda y entro en la pista del Estadio Hispánico, donde surge otra vez el griterío: mis niñas están ahí, ayudándome también cuando más lo necesitaba, en el mejor lugar posible, en mi curva, aquella que yo tomaba en la carrera de relevos tantos años atrás. Vi la emoción en sus caras, el orgullo, la alegría y sus ánimos, acompañándome en esos últimos cien metros, acoplándose a los de mi familia en las gradas, el resto del equipo que ya había llegado y las palabras de mi padre, diciéndome que ya lo había conseguido. No podía ser de otra manera: entramos juntos en la meta bajo un crono de 2:14:18h. Me acompaña durante la recogida de la bolsa del corredor, el agua, me quita el chip, siempre pendiente de que no me dé el bajón. Imposible que pasara: estaba muy bien, cansada pero entera. ¿Feliz?Tendrían que inventar una palabra nueva.


Alguien me llama por detrás y le veo, sacándome una foto: es Aitor. El primer beso es para él.
Después mi padre y yo subimos a las gradas donde saludo al personal, corredores y acompañantes del Nunca correrás sólo, y aprovecho para llamar al otro Equipo, el Muchachita, para agradecerles que estuvieran allí, poniendo el listón muy alto como animadoras. Mientras, la espera de Susana se hace un poco larga y se nota la preocupación en el ambiente. Confieso haberlo pasado un poco mal cuando le perdí la pista y no la divisé en la zona universitaria, y confieso que pensé en su retirada o en que estaría sufriendo una carrera infernal. Los últimos corredores goteaban por meta hasta que el último, muy bien acompañado, entró en el Estadio. El Nunca correrás sólo bajó las gradas, todos nos pusimos a gritar, a dar ánimos, palmadas, lo que fuera. Eran dos camisetas naranjas, de las nuestras; eran Miguel y Susana, que entró en meta la última, seguro que mucho más feliz que el primero. Llegó, consiguió su reto. Eso era lo único que importaba. Y os puedo asegurar que durante la copiosa comida que nos brindamos ella era la que tenía la sonrisa más grande, tan grande como su carrera.

19 comentarios:

OFFICIUM dijo...

Muchísimas felicidades, Sonia. Me alegro un montón, campeona.
Un saludo.

Rafa González dijo...

Dos medias en un mes. Hace muchos años en la tele había un programa en el que el presentador decía (él era Tola, ella Carmen Maura): nena, tú vales mucho!. Pues eso. Muchísimas felicidades por tu segunda media. En tu ciudad, con tu gente, ahí es nada. Ahora recupera tranquila y vuelta a la carga en unos días, porque transmites tanta alegría que esto no ha hecho sino comenzar. Repito: muchas felicidades, Sonia!!!

Saturnino dijo...

Todo lo que yo te diga estaría viciado, no puedo ser objetivo, así que MUCHISIMAS FELICIDADES.
Este es el premio a la constancia, palabra que tanto gusta a Abe.
Ahora a descansar y ¿a pensar en el próximo reto?, jeje.
Un beso.

Marta dijo...

Felicidades Llarín ! En febrero del año pasado corrí mi primera media maratón, pasé de correr sólo 5 kilómetros a en 5 meses correr 21. Y ya van 8 desde entonces. Porque ésto engancha, ya lo verás, el año que viene vuelves, y con mejor marca. Y porque necesitamos echarle coraje a este deporte mayoritariamente masculino, y demostrar que las chicas también podemos estar ahí. Y qué orgullo para tu padre si él corre también. Porque si se pasa bien corriendo, la experiencia de correr con un hijo es algo único. A mí me emociona más cuando veo a mis hijos en el podio que cuando subo yo. Felicidades y un fuerte beso de la atleta 505.

Anónimo dijo...

Sonia, tus palabras me han emocionado. Has descrito a la perfección lo que sentí en los dos momentos que te ví. De verdad q creí q a la catedral ibas a llegar molida, y no fue así. Vuestra entrada triunfal en el Estadio también fue un logro para mi, ENHORABUENA!

Abe dijo...

La verdad que lo tuyo no tiene mucho mérito... total era tu segunda media ;D
En serio las dos "irreductibles" leonesas vais a dejar a vuestros padres a la altura del betún, sed suaves no lo hagáis bruscamente, de poco a poco, que casi ni se den cuenta.
Aún sigo alucinando con lo de Susana, debe ser ese "aire" leones.
Un saludo.

Tecolinha dijo...

Enhorabuena, pienso que corriste muy bien y sobre todo, feliz, se ve en la foto a tu paso por la catedral.
Lo de mejorar tiempos, lo tienes más que garantizado, ya lo verás.
Un saludo.

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Terminar una media maratón habiendo empezado hace tan poco tiempo tiene un gran mérito. Pero hacer dos en un mes, ya sí que es extraordinario.

Dicen los expertos que para competir de nuevo hay que multiplicar por 10 los kilómetros de la carrera. Así pues, deberías recorrer 210 kilómetros antes de afrontar otra carrera. Dos medias en un mes es una meta que no consigue cualquiera.

Enhorabuena.

Sara Moreira dijo...

De veras, cuando has dicho lo de inventar una palabra nueva para describir lo que sentiste al llegar a meta, me he sentido muy indenficado con esa sensación, que espero volver a tener muy pronto.

Felicidades, enhorabuena.

Ahora, a seguir disfrutando, a descansar y, seguro, a otear nuevos objetivos en el horizonte

IRISHDECAI dijo...

Que bueno, ya hacia tiempo que no disfrutaba leyendo una cronica. Espero ansioso leer la cronica de un MAPOMA por ejemplo, que seguro lo haras pronto.

Beatriz dijo...

Qué crónica tan emocionante. No sé si es por haber estado allí, pero imagino perfectamente cada uno de los momentos que describes. Y algunos de tus pensamientos también merodearon por mi cabeza. ¿A que antes de terminar ya estabas pensando cuándo sería la próxima carrera?
En fin, que enhorabuena una vez más. Espero poder compartir con vosotros muchos más momentos como los del fin de semana.
Un besazo, campeona.

Unknown dijo...

Sólo voy a decir que las crónicas buenas son las que hablan de las sensaciones y los sentimientos, y esta lo ha sido. Enhorabuena Sonia, tienes que estar orgullosa de lo que has conseguido, un propósito, una preparación y una meta lograda.
Besos.

Jota dijo...

Enhorabuena!. Lo de menos es el crono, lo importante es que vuelvas a intentar más medias y lo irás mejorando sin duda.
Yo también corrí ayer, y paré el crono en 1:36:13,muy contento la verdad :)

javi dijo...

Buenos días

Me ha encantado mucho la crónica y los sentimientos que tienes. Seguro que con la ilusión que demuestras, seguirás progresando y disfrutando de este deporte.

Hiciste super bien eligiendo tu propio ritmo y si se podia acoplarte a otros.

Saludos

Rafa González dijo...

http://www.corriendovoy.com/video.php?id=56&video=4463

Servando dijo...

Enhorabuena amiga, un 10 para ti que te lo mereces, desde luego que se nota la sangre que corre por tus venas es sangre ganadora y luchadora. Siempre que se cumple con un reto es un motivo de alegría, y en este caso por motivo doble.
Felicidades y encantado de conocerte :)

Anónimo dijo...

siiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!! Mi campeona!!! cuanto orgullo siento!! De verdad digo que no fui cosciente de los alaridos que dimos en la catedral! que emoción! Es que nadie se podia perder tu cara, había que inmortalizarla. Y tu saludo... eres nuestra campeona, ya hace meses te regalamos una medalla, pero tengo que admitir que no fue lo suficientemente grande. Lo siento, no tengo palabras para describir mi emoción, asi que solo recuerda mi cara cuando te vi, eso lo debe de decir todo. TE QUIERO

Anónimo dijo...

Binomioooo!!!! q bonita entrada, me ha gustado mucho :P Describe a la perfección tus emociones y las de los que tuvimos el privilegio de verte!!!! Esas emociones q no pudimos controlar cuando te vislumbramos en la catedral, cualquiera podía! Y sobre todo, sin duda, verte entrar en ese estadio, nuestro estadio!! simplemente el mejor escenario para tu debut en casa! :DD besines

SONIA dijo...

rubenlois: muchísimas gracias por tu felicitación!!

Rafa: gracias, ni yo misma me lo hubiese creído hace medio año; este tipo de retos nos demuestran a nosotros mismos de lo que somos capaces de hacer. Ya estoy en proceso de recuperación y con más moral que nunca! Y gracias por el enlace del vídeo!!

Saturnino: gracias a ti, no lo habría logrado sin tu ayuda. Ya sabes que eres una parte importante de este reto. Imaginé muchas veces esa entrada en meta, pero ocurre a menudo que la realidad supera a la ficción en la mayoría de las ocasiones, como esta.

Marta: bienvenida a mi blog y muchas gracias por tus palabras. Ya he podido comprobar que esto engancha, y de qué manera!!

Querida anónima: no sabes cuánto puede hacerte volar el que tu gente esté ahí apoyándote en algo importante. Por eso sois tan especiales para mí.

Abe: esto es solo el principio; que nos fueran a buscar, una mera estrategia para que se confíen y después darles el hachazo, jeje. Y coincido contigo, la hazaña de Susana fue muy grande!

Teconlinha: cómo no iba a sonreír en la foto si me lo estaba pasando como una enana! Lo de los tiempos no me importa mucho si consigo disfrutar como en esta carrera. Por cierto, un placer haberte conocido en persona.

Gregorio: ni yo misma me creo lo que he hecho. Eso sólo es posible cuando uno se propone las cosas de verdad. Y ahí no hay quien nos pare!

Franfri: es que no lograba encontrar un adjetivo que describiese mi estado de ánimo, y no es coña! Entran en juego muchos factores, no es sólo correr. Creo que los que "nos dedicamos" a esto lo entendemos a la perfección.

Irishdecai: me alegro de que te gustara la crónica. ¿El MAPOMA? Ya tengo fecha: para el año que viene seguro!

Beatriz: vivimos la misma experiencia, así que me alegra saber que tb sentiste esas cosas porque para serte sincera... sí, yo tb pensé cuándo podía ser la próxima vez! No tenemos remedio! Me alegro muchísimo de haberme apuntado al club!

CarLitros: en mi caso creo que los números no importan mucho. Nunca fue mi objetivo fijarme metas tan concretas, jeje, por eso prefiero hablar de lo que más me interesa: cómo me siento. Es una forma maravillosa de aprender a conocerse a uno mismo. ¿Orgullosa? Tendrías que haberme visto: no entraba por las puertas!

Jota: lo primero, enhorabuena por ese crono tan estupendo!! Fue una carrera muy chula! Los tiempos? Nunca me han preocupado: sólo me interesa acabar y disfrutar.

javi: me alegro de que te gustara la crónica. Lo bueno de la experiencia es la ilusión y las ganas que tengo ahora para afrontar nuevos retos. Creo que ya estoy metida en "esto" hasta el cuello! Intentar ir al ritmo de otro es para mí un suicidio; creo que hay que ser consciente de las capacidades de cada uno.

Crazysoul: muchísimas gracias amigo! Jamás hubiese creído que era capaz de hacer lo que hice. Pero lo conseguí y estoy más que orgullosa de mí misma. Felicidades a ti por la carrera que hiciste; un placer conocerte en persona, jeje!

Mariu: por supuesto que tengo esa foto grabada en mi memoria para siempre. Para mí sois mis campeonas, ya lo sabéis!

Elena: mi binomio, si no me eché a llorar fue porque creo que no podía, pero cuando entré en el estadio, en mi curva de los relevos y os vi justo ahí... ains, ese recuerdo lo tendré para toda la vida!

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y la paciencia para leer esta crónica un poco larga.
Un beso para todos!!