Antes de plantar un pie en Arganda sabía que mi récord no iba a ser posible. En cuanto a presentimientos no hay quien me gane. Qué le vamos a hacer, tengo un sexto sentido muy desarrollado. Tenía los suficientes datos sobre el recorrido como para saber que el reto se antojaba harto difícil, mucho más cuando comprobé in situ las condiciones climatológicas. Aun así acudí tranquila y concentrada sobre lo que tenía que hacer. Ante una carrera solemos tener un objetivo primordial, pero siempre surgen otros a los que debemos enfrentarnos.
Cuando llegan las 11, hora de la salida, ya he tenido tiempo de congelarme y pasar bastante frío. Dudé hasta el último instante sobre la ropa que debía llevar, sobre todo por abajo (arriba lo tenía claro, manga larga): o corsario o corto. Al final me decanté por el primero, aunque hubiera soportado de sobra el segundo. Al principio me preocupo por el ritmo: siempre he salido más rápida de lo que debería y al final me ha pasado factura. No quería que me volviera a ocurrir, mucho menos teniendo en cuenta que la primera parte de la carrera apuntaba hacia arriba. Primer kilómetro (primera y casi última vez que miré el crono), 5'41'', perfecto. Mantengo la misma zancada y me voy acomodando a las primeras subidas, muy leves, pero siempre subiendo. Los siguientes kilómetros son una lucha por mantener el ritmo alrededor de 6', guardando fuerzas para cierta subida que amenazaba con destrozar mi carrera. Pasando el kilómetro 4 iniciamos la ascensión por una larga avenida hasta llegar a una rotonda, dar la vuelta y soltar piernas en una bajada de unos 300 metros. Giramos a la derecha y la veo, un cuestón impresionante de 500 metros. "¡No me mires así monada, no pienso rendirme!", me digo. Inicio la subida y maldigo mi suerte. Algo no marcha bien en mi pie izquierdo, "va demasiado suelto". ¿Cómo puede ser que se me desate el cordón justo ahora? No tardo ni dos segundos en atar la zapatilla, fue como coger carrerilla. Paso a paso continúo subiendo hasta que más allá de la mitad no puedo más, ahí está mi límite, por ahora. Sin embargo mi cabeza, al contrario que de costumbre, no lo asume como una pérdida, como un abandono, sino que me repite hasta la saciedad el buen trabajo que estoy haciendo, "llevas casi 5 kilómetros subiendo y manteniendo el ritmo". No bajo los brazos, no me rindo, impongo a mi caminar un ritmo frenético, hasta tal punto que soy capaz de adelantar a dos atónitos corredores que no se terminan de creer que les adelante andando. Así es. Corono cima y me dejo llevar en las bajadas sucesivas, intentando recuperar el tiempo perdido, aunque no logro arañar al crono todo lo que hubiera deseado. Por momentos el viento me desespera. Tanto en bajada como en llano echa por tierra el esfuerzo y la voluntad que he puesto encima de la mesa, pero aun así me obligo a mantener un ritmo cercano a 6'. Por segunda y última vez a lo largo de la carrera vuelvo a mirar el crono allá por el kilómetro 9 y contemplo cómo mi récord de 55' se queda justo ahí. Ya en meta paro el tiempo en 1h01'07''.
Cuando llegan las 11, hora de la salida, ya he tenido tiempo de congelarme y pasar bastante frío. Dudé hasta el último instante sobre la ropa que debía llevar, sobre todo por abajo (arriba lo tenía claro, manga larga): o corsario o corto. Al final me decanté por el primero, aunque hubiera soportado de sobra el segundo. Al principio me preocupo por el ritmo: siempre he salido más rápida de lo que debería y al final me ha pasado factura. No quería que me volviera a ocurrir, mucho menos teniendo en cuenta que la primera parte de la carrera apuntaba hacia arriba. Primer kilómetro (primera y casi última vez que miré el crono), 5'41'', perfecto. Mantengo la misma zancada y me voy acomodando a las primeras subidas, muy leves, pero siempre subiendo. Los siguientes kilómetros son una lucha por mantener el ritmo alrededor de 6', guardando fuerzas para cierta subida que amenazaba con destrozar mi carrera. Pasando el kilómetro 4 iniciamos la ascensión por una larga avenida hasta llegar a una rotonda, dar la vuelta y soltar piernas en una bajada de unos 300 metros. Giramos a la derecha y la veo, un cuestón impresionante de 500 metros. "¡No me mires así monada, no pienso rendirme!", me digo. Inicio la subida y maldigo mi suerte. Algo no marcha bien en mi pie izquierdo, "va demasiado suelto". ¿Cómo puede ser que se me desate el cordón justo ahora? No tardo ni dos segundos en atar la zapatilla, fue como coger carrerilla. Paso a paso continúo subiendo hasta que más allá de la mitad no puedo más, ahí está mi límite, por ahora. Sin embargo mi cabeza, al contrario que de costumbre, no lo asume como una pérdida, como un abandono, sino que me repite hasta la saciedad el buen trabajo que estoy haciendo, "llevas casi 5 kilómetros subiendo y manteniendo el ritmo". No bajo los brazos, no me rindo, impongo a mi caminar un ritmo frenético, hasta tal punto que soy capaz de adelantar a dos atónitos corredores que no se terminan de creer que les adelante andando. Así es. Corono cima y me dejo llevar en las bajadas sucesivas, intentando recuperar el tiempo perdido, aunque no logro arañar al crono todo lo que hubiera deseado. Por momentos el viento me desespera. Tanto en bajada como en llano echa por tierra el esfuerzo y la voluntad que he puesto encima de la mesa, pero aun así me obligo a mantener un ritmo cercano a 6'. Por segunda y última vez a lo largo de la carrera vuelvo a mirar el crono allá por el kilómetro 9 y contemplo cómo mi récord de 55' se queda justo ahí. Ya en meta paro el tiempo en 1h01'07''.
Quedé en el puesto 563 de 581. De las últimas, como siempre. Mi ritmo medio fue de 6'09'', como siempre. Sin embargo fui constante, como nunca, en toda la carrera. Y como nunca me enfrenté a las cuestas hasta acabar con la sensación de haber hecho las cosas bien. Tan sólo me quedo con una sensación agridulce, la de intuir que reservé demasiado en los primeros kilómetros, que tenía muchísimas más fuerzas y que con cuestas o sin ellas, con viento o sin él, podía haberme acercado a ese récord. El día en el que los astros se conjuren y me salga todo bien...
15 comentarios:
Sonia, tú ya no corres sola. Somos muchos los que te seguimos. Lo digo por el lema de tu camiseta.
Sonia no te quedes con nada amargo de esta carrera porque has conseguido muchas cosas. Sobre todo, que tienes coraje. ¡Mucho coraje! Y tus buenas sensaciones han crecido muchos enteros.
Tómate esta carrera como una pausa entre la que eres ahora y la que pronto vas a ser si sigues siendo constante. ¡Mentalidad positiva, amiga! ¡Positiva!
Para mi gusto lo hiciste bien. Encaraste esas cuestas con valentía, y positividad. Eso sobre la carrera no es fácil de hacer.
Esperate a la próxima y verás lo que llevas en las piernas.
¡Enhorabuena y pa'lante!
Un abrazo.
Totalmente de acuerdo con lo que dice pepe en su comentario. Lo importante es que pudiste con la cuesta, llegaste hasta el final a pesar del frio y del viento, y que aprendiste algo nuevo. Y así cada vez mejor hasta conseguir tus objetivos, sean los que sean. Un abrazo y enhorabuena, que sólo por acabar te la mereces.
Creo que debes sacar las cosas positivas, que las hay, de esta carrera.
Ahora a seguir entrenando que pronto seguirás haciendo progresos.
Un beso
Bueno, bueno... no está tan mal. Tal y como la pintas entre el viento, el frio y la cuesta, no era tan fácil hacer menos de 55'.
Yo en este poquito tiempo que llevo corriendo, me he dado cuenta de una cosa: Te repiten mil veces que reserves en la primera mitad de carrera, que corras con cabeza, reservón, para poder acabar fuerte y con buenas sensaciones. Sin embargo, cuando les he hecho caso, el tiempo ha sido horrible. Si, he llegado adelantando a gente, pero no he hecho una buena marca.
Para mí, el truco está en saber cómo de forzado debes pasar el primer tercio de carrera y cómo aguantar el segundo, para tener fuerzas suficientes de terminar aunque sea "por inercia" el tercero. Y eso, a nosotros que somos unos novatos nos cuesta "conocernos". Creo que hacer la carrera con algun tipo de liebre que te marque los ritmos kilómetro a kilómetro y que te "empuje" moralmente sería estupendo para conseguir afrontar los retos sin miedos reservones.
De todos modos, hay muchas cosas positivas en tu carrera... es cuestión de valorarlas. El próximo 10000 se va enterar... hombre!
Holaaaa, bueno, bueno, parece mentira que yo también haya corrido la misma carrera, jajaja, ¡qué emocionante!
A pesar de tu "decepción" por no romper esa barrera (aún...) creo que has hecho una carrera estupenda. Era complicado mantener un ritmo constante cuando llevas subiendo 5 kilómetros sin parar...
Con tu permiso me quedo por aquí, que no sabía yo de tu blog.
¡Un besote y felicidades!
Hola Sonia, como te dicen los compis, quedate con lo positivo, de lo negativo, mientras no exista lesión y tus deberes estén hechos, que lo están, siempre se saca algo positivo, analízalo ya verás la sorpresa que te llevas.
¿Como siempre la última?... no, un objetivo conseguido y un paso más adelante... eso sí, ánimo.
Un abrazo.
Me gusta mucho eso de pensar en los km que ya llevas y no en los que quedan, dicen que es fundamental para psicológicamente afrontar las carreras...
Yo cuando veo una cuesta me desmoralizo, pero nada, si hay que subirla se sube. Ah! veo que llevas los cables del ipod por fuera, yo me los pongo por la espalda y va muy bien, ya que no molestan ni se enganchan..
Hola Sonia, tienes una fuerza mental increible, con este tipo de carreras te superas cada día más...llegará un día en el que esas cuestas serán pan comido para ti...ya lo verás.
Sigue con esa constancia y sacrificio que tu MMP caerá pronto.
Un saludo fuerte
Quique
Hola Sonia, tienes un blog muy interesante... Me gusta.
Respecto a la carrera, pues no te agobies, lo más importante es la constancia y el sacrificio diario, además, la carrera era muy dura.¡Ánimo!
Saludos desde Sevilla.
Hay que darle duro a las cuestas.
La próxima vez lo conseguiras
Vaya entrada triunfal en el video, eh? yo lo vi en persona en el Hispánico y es fantástico verte...
Un beso, sister
Te doy la enhorabuena por cómo has afrontado la carrera, sin derrotismos, luchando todo el rato y aprendiendo para la próxima vez. Me ha gustado la crónica, se ve que tienes más fuerza que antes del domingo y eso es lo mejor de todo. No te preocupes por el crono, lo principal (al menos para mi) son las sensaciones positivas y por supuesto no lesionarse, como ya también comentó alguien anteriormente.
Lo dicho, enhorabuena, campeonísima :-)
Hola Sonia, una más para la buchaca. Cuando tu padre me contó que en el puente venías a correr un 10000 pensé "¿a qué se viene a Arganda?" Bueno no creo que el recorrido haya cambiado desde la primera edición que corrí yo en 2007, pero ya le dije a Saturnino que se las traía. Tiene mucho mérito en serio te lo digo, yo por aquel entonces "estaba" hecho un toro y sufrí como ídem en la suerte de varas... En fin seguro que Beatriz te puede contar pues también "sufrió" esa carrera de lo lindo.
Un besazo campeona¡¡¡¡¡¡
Terminar una carrera con la sensación de haber podido hcer más es la primera buena señal, si a eso le sumas que te merendaste las cuestas, el frío y todo lo que se te puso por delante, llegamos a la conclusión de que realizaste una estupenda carrera, y seguro que a partir de ahora no te conformarás con eso, querrás quitarte la duda de "...hasta donde puedo llegar...?" Lo dicho, esas sensaciones son las buenas, y es señal del trabajo bien hecho, ¡a seguir así!
Un abrazo amiga.
Pepemillas: muchas gracias por tus ánimos y por hacer ver los aspectos positivos de la carrera. Para la próxima tengo un reto aún mayor, pero ya hablaré de él.
Un saludo!
Jan: muchísimas gracias! Fue una carrera en la que pude aprender varias cosas.
Un saludo!
CarLitros: me quedo con lo positivo, pero tampoco pierdo de lejos lo negativo porque como bien dices hay que seguir progresando y para ello hay que aprender de los errores.
Un besín!
Jordi: la verdad es que es un poco frustrante no dar con la estrategia adecuada. No sé qué es peor, salir rápido y pasarlo mal al final o quedarte con la sensación de que podías haberle dado más caña. Hay que aprender también en este aspecto.
Un saludo!
Dani: bienvenido a mi blog, espero que te guste y te quedes como en tu propia casa. Fue una carrera complicada, madre mía, pero la afronté mucho mejor de lo que pensaba que podía hacerlo, y eso me sube la moral.
Un saludo!
biciatleta25: la verdad es que echando la vista atrás llevo un año aprendiendo, y todavía me queda mucho camino por delante. Y sí, siempre quedo de los últimos, pero oye, a mí no me importa, alguien tiene que serlo, ¿no?
Un saludo!
Rafa: es uno de los consejos de mi padre, que siempre piense en lo que llevo y no en lo que me falta. En cuanto al iPod, a veces llevo los cables por debajo de la camiseta porque me suelo pelear con ellos, pero bueno, tampoco es algo que me obsesione.
Un saludo!
Quique: muchas gracias, yo sigo trabajando y aprendiendo. Además, el próximo reto tiene que ver con las cuestas. Y mucho!!
Un saludo!
Ricardo: muchas gracias por acercarte a mi blog. Seas bienvenido. De la carrera me quedo con el trabajo y mi nueva mentalidad y como bien dices, a seguir trabajando.
Un saludo!
Vicman: en ello estamos!
Un saludo!
Sandra: jejeje, más triunfal fue la del Hispánico, sobre todo porque estábais allí animando a más no poder. Eso sí que fue fantástico!
Un besazo sister!
Tecolinha: muchas gracias por tus palabras. Debo reconocer que el domingo descubrí que podía hacer más cosas de las que imaginaba. De cara al futuro me ha dado mucha moral.
Un abrazo!
Abe: ya me comentó mi padre lo que pensabas de la carrera. Al principio pensé, "¿dónde me he metido?", pero luego me calcé las zapatillas y tiré para adelante, como debía hacer. Se las trae, pero me gustó el reto. Quién sabe, igual el año que viene vuelvo otra vez.
Un abrazo!
Crazysoul: es la primera vez que siento que había reservado demasiado. Iba un poco asustada con las cuestas y resulta que pude con ellas. Veremos a ver a dónde podemos llegar...
Un abrazo amigo!
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