Despacito y con buena letra

Este es el lema que el Míster y yo hemos elegido para lo que se nos viene encima, y precisamente lo he puesto en práctica durante mis vacaciones, con el objetivo de ganar fondo e ir poco a poco adaptando mi cuerpo a rodajes largos, al cansancio que suponen, y al ser posible con un mínimo de molestias.  

Durante esos quince días de vacaciones tenía proyectados ocho entrenamientos con rodajes en su mayoría cercanos a la hora. Para alguien de León como yo, correr en la zona costera supone empezar a sudar y no parar jamás, humedad que unida al calor hace estragos en cuanto al cansancio se refiere, además de otros efectos secundarios como las ampollas en los pies, por ejemplo. Desgraciadamente sufrí por ambos motivos, pero en esto del correr hasta el sufrimiento es opcional; quejarme por el calor y la humedad de poco me iba a servir, así que me "agarré los machos", procuré ir acompañada de una botellita de agua y a darle zapatilla. A la semana poco me importaban las condiciones atmosféricas, e incluso el entrenamiento más temido, de 65', resultó ser una auténtica maravilla.

De vuelta en casa cambiamos la playa como escenario por el monte lleno de encinas, 70' sufridos, pero con buenas sensaciones, que dan paso a una preparación específica para la única carrera prevista en el calendario, el primer 10mil de León, que se celebrará el 10 de octubre. Hasta entonces no habrá competición alguna, salvo lo previsto en el plan de entrenamiento para pobrar fuerzas y nivel de cara al 10mil. Por eso esta semana he empezado las sesiones de cuestas, que como todos sabéis las tengo un poco atravesadas y por ese motivo las encaraba con cierto... respeto. Nada más lejos de la realidad. Resultó ser un entrenamiento de lo más divertido, hacía mucho tiempo que no tenía uno así: seis gloriosas cuestas de 1' recuperando al trote.

Y para finalizar la semana, tuve el placer de estar en Ponferrada para ver la III Media Nocturna, donde participaba Jesús, mi Míster, además de otros amigos a los que pude saludar. Pude verla desde varios puntos y disfruté como una enana con figuras como Martín Fiz, que tuvo a bien acudir a la cita. Aunque debo decir que para la tercera edición con la que cuenta esta carrera existen varios aspectos en los que deberían mejorar. En primer lugar, y acaso lo más importante, que se mida bien el recorrido, que no es normal que en una carrera de este tipo falte casi un kilómetro; segundo, que los puntos kilométricos estén bien colocados, que tampoco son lógicas esas diferencias entre cada kilómetro; en tercer lugar, la entrega de dorsales debería haberse empezado mucho antes, no una hora tan sólo, teniendo en cuenta que la gente tiene que prepararse y calentar y que siendo nocturna hay que facilitar la vuelta a casa del personal, así que los retrasos de casi 20' en la salida no son muy agradables. 

Y de nuevo otro domingo, día en rojo para los runners, tirada larga, otros 70' esta vez en compañía del Míster. En esta ocasión pintaron bastos y tocó sufrir lo indecible para terminar el entrenamiento. Pero me quedo con lo positivo, que pude terminarlo y que, como bien dice mi padre, el cuerpo se acuerda de estos días. Espero que el mío tenga buena memoria.