Señalaba Javier Serrano en la reflexión 41 de su libro 42 reflexiones y 195 metros, que cuando acabó su primera maratón tenía una sensación agridulce: estaba feliz y emocionado por haber conseguido terminar tan mítica distancia, pero al mismo tiempo se encontraba triste por no poder haberlo hecho junto a su padre. Esa fue la gran pena que la maratón le dejó: negarle el privilegio de correr y culminar su epopeya al lado suyo.
A lo largo de esta aventura habéis sido muchos los que, en este blog o en el de mi padre, habéis manifestado una sana "envidia" por vernos juntos, mano a mano, tentando la gesta maratoniana. Y supongo que no es para menos. Yo sé que a un padre no le puedes dar las gracias por nada, porque es un absurdo hacerlo cuando tu propia existencia como hijo lo supone todo para él, cuando después de verte sufrir, después de intentar mantener intacta la llama de la ilusión, después de esforzarse contigo, de luchar día tras día, de alimentar un sueño, de hacerlo suyo, cuando después de todo lo que ha pasado por verte perseguir tu sueño, cuando consigues ser feliz y devolverle al destino la cara de la moneda, tu sonrisa grabada a fuego, él se sentirá eternamente agradecido y no pedirá más que eso.
Hace ya casi tres años que compartimos vida runneril y solo tú y yo sabemos lo que hemos pasado, tanto bueno como malo, para estar donde estamos. El domingo sabemos lo que tenemos que hacer, y posiblemente otra cosa sea llegar y hacerlo. Pero frente a un reto como este, que tan solo depende de nuestro esfuerzo, me alegra saber que como padre y guía has puesto todo de tu parte para que el éxito esté casi asegurado. Tú, el más valiente de todos, el Gran Caballero, que descendiste todos los peldaños posibles y te convertiste en fiel escudero de esta aspirante.
No sé si he estado a la altura del reto, pero lo que sí sé es que tú sí lo has estado, y que juntos, de nuevo, dorsal al pecho y entusiasmo por delante, batallaremos las calles. Papá, ahora sí, por fin, llegó nuestro momento. Tan solo nos separan 42195 metros de esa delgada línea en la que rubricaremos nuestro sueño.
Papá... nos vemos en Mapoma.
22 comentarios:
Siempre he dado vueltas a expresar en una entrada sentimientos hacia mi padre... Me encanta la tuya, creo que es tan sincera, natural y transparente, que empaña los ojos.
Visto desde un poco más allá: ojala mi hijo, algún día, pueda pensar algo parecido a lo que tú aquí compartes.
Besos, muchos y fuertes.
Ya tengo ganas de leer vuestra crónica tras la maratón. Mucha fuerza para ambos. Los sueños se alcanzan mejor si se comparten
Yo no sé si me gustaría que alguno de mis hijos me dedicara unas palabras así: creo que mi corazón no lo soportaría y estallaría de gozo.
Un abrazo. ;-)
Como Padre que soy, me encantaría algun dia vivir la tremenda experiencia que el proximo domingo vais a compartir tu y tu Padre. Espero que vaya todo a las mil maravillas, se ve que teneis la fuerza mental necesaria. Es la que verdaderamente importa para lo que vais a hacer.
Como hijo que fuí lo unico que puedo hacer ya es echarle de menos.
Hola Sonia, te he escrito varias veces en tu blog en relación precisamente al MAPOMA.. No te conozco personalmente pero sí a Saturnino, tu padre, a quien tuve el placer de conocer, precisamente en el MAPOMA del año pasado.. He seguido vuestro entreno y vuestras sensaciones y ahora que el momento ya se acerca solamente desearte que se cumpla tu sueño.. Ya se han dicho muchas cosas al respecto... y además tu padre sabrá perfectamente como darte el apoyo que necesites... Sólo una cosa: no será fácil, un Maratón, no es nada que se deba infravalorar, habrán momentos difíciles y eso creo que lo intuyes... Pero sal con la absoluta convicción de que cruzaras la meta con éxito... Saludos..!!
Ánimo chicos!!! Y si, la verdad es que es un privilegio poder compartir hobby con tu padre.
Un saludo y al toro
hace algun tiempo que leo tu blog y el de tu padre y la verdad que dais algo de envidia por poder preparar juntos estas carreras , ojala os vaya todo bien y cruceis esa linea de meta como mejor hayas soñado
Me da más envidia tu padre que tú.
Quiero decir que me gustaría correr con mi hija pero que a mi señor padre no le puedo hacer eso.
A cumplir el sueño en el mejor escenario sin duda.
Mucha suerte Sonia.
viendo la foto tengo claro que mi hombro es el derecho ;)
que bonitas entradas esta semana,
nos vemos el sabado y luego unas cuantas horas el domingo
!!Qué envidia me dáis¡¡¡¡, sobre todo tu padre, como me sgustarái que mi hija corriera conmigo,
ÁNIMO En MAPOMA, seguro que lo conseguís, Ya estoy deseando leer vuestras crónicas
Gracias y pos supuesto NOS VEMOS EN MAPOMA.
Un beso.
Con el escudero que llevas , seguro que ganaras tu batalla. Mucha suerte y envidia sana me dais. Un abrazo.
Solo desearte que el Mapoma te retorne la vitalidad, ilusión y entusiasmo que nos has regalado con tus crónicas, gracias !!!
La felicidad es el camino, y vosotros lo habeis hecho. Mis felicitaciones más sinceras.
Es desde luego un gran placer compartir kms.con alguien a quien aprecias y amas.
Yo he tenido esa experiencia fugazmente con mis dos hijos,y me encantaria volver a tenerla.
Que todo vaya bien .
¡Mucha suerte, campeones!
¡Nos vemos en Cibeles!
Suerte y a disfrutar.
Hola Sonia, no te he escrito mucho a tí pero si a tu padre, os he seguido la preparación, la ilusión, el día a día y verdaderamente daís mucha envidia.
Espero veros el domingo en Cibeles para desearos en persona la mejor de las suertes, que seguro, segurísimo que la tendreís, la fé, fuerza y ganas que llevaís os llevaran al Retiro, seguro.
Un beso
Gracias a Dios, yo ya estoy viviendo esto mismo con mi hija Miriam. ¡Y no veas lo que llena, Sonia! No hay palabras para describirlo.
Te he dejado un pequeño recuerdo en mi Blog.
Nos vemos mañana. Un fuerte besazo.
Mucha suerte mañana. Acabo de conocer tu blog desde otro amigo y vaya entradas que has dejado. Como runner y padre que soy me has emocionado. Felicidades por tu afición, por ese compañero de carreras y por tu blog. Ya me gustaría tener a mis dos machotes a mi lado cuando sean mayores.
sonia esta entrada no la habia leido..
y aunque me da un poco de verguenza te dire que se me caen las lagrimas,supongo que al ser padre me he metido en el papel...
un abrazo
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