Para los amantes de los cuentos esta colección de Pablo Andrés Escapa (Páginas de Espuma, Madrid, 2007) es un auténtico regalo para los sentidos. A través del viejo tren, anunciado por su columna de humo y el pitido a modo de saludo, recorremos una geografía de voces acalladas a las que el autor presta su voz. Yo prefiero quedarme con Ezequiel, "De los mares en calma", por su simple capacidad de atravesar la vida con la totalidad de sus sentidos y, por qué no, de tocar con su luz a los que le rodean. Otro de mis favoritos, "Cielo distante"; ¿quién iba a sospechar lo que guardaba en la cuadra? Si os gustan los personajes enigmáticos, el maestro don Laureano hará las delicias de vuestra lectura. Y creo que podría seguir con todos y cada uno de estos personajes melancólicos, de estas historias de otra vida, de otro tiempo, que si bien lejano, no deja de ser el nuestro siquiera por herencia.
Por cierto, si sois puristas del lenguaje y os humedecéis los labios ante una prosa exquisita, entonces mi recomendación es doble: pocos consiguen hacer música con la palabra, y aún menos manejar con maestría la escasez de pausas. Sencillamente, excelente.
Para finalizar solo me queda desearos un feliz 2008 a todos. Por cierto, ¿ya tenéis algún candidato como primera lectura del año?
Por cierto, si sois puristas del lenguaje y os humedecéis los labios ante una prosa exquisita, entonces mi recomendación es doble: pocos consiguen hacer música con la palabra, y aún menos manejar con maestría la escasez de pausas. Sencillamente, excelente.
Para finalizar solo me queda desearos un feliz 2008 a todos. Por cierto, ¿ya tenéis algún candidato como primera lectura del año?
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