Los siete enanitos


Mi mente consigue ordenar mínimamente, por fin, un reto lanzado por mi subconsciente en esas horas de duermevela en las que habitamos al mismo tiempo el mundo real y el de los sueños. Aún en época de bonanza personal, académica y espiritual las preocupaciones no dejan de acecharnos y en esos instantes matinales se nos lanzan mensajes que desaparecen entre los resquicios de la memoria o nos golpean bruscamente desvelándonos del todo. Todos conocemos casos de escritores que se ven sorprendidos por estas historias, que acaban siendo material nada desechable de cuentos y novelas.
Otra cosa es la interpretación que hacemos de esos semisueños. A menudo nos quedamos con la boca abierta y somos incapaces
de establecer una conexión entre lo que se nos muestra y nuestra vida cotidiana. ¿Cómo lo analizamos? Buena pregunta. Eso es lo que trato de averiguar con una especie de verso que ¿acudió? a mi pensamiento racional: "Enveneno los siete enanitos de mi existencia". Dejé pasar unos días mientras tal revelación se reposaba por completo, hasta que decidí acudir a Blancanieves para indagar un poco. ¿Os acordáis de cómo se llamaban los siete enanitos? Yo tampoco: Mudito, Mocoso, Romántico, Dormilón, Bonachón, Gruñón y Sabio. Y aquí estaba parte de la respuesta, porque en mayor o menor medida creo que todos tenemos algo de la personalidad de los siete enanitos, que no dejan de ser tipos de cómo podemos comportamos dependiendo del momento. Por lo tanto, siete no es más que uno: el ser humano.
Lo que ya me intranquiliza más es el hecho de envenenarlos, pero sinceramente, no pretendo desvelar tanto.

1 comentario:

morilandia dijo...

navegando entre blogs
aparecí aqui.

un saludo bloguero.