Tras los pasos del padre. Un idilio


Se terminó. Una etapa queda atrás cuando el viernes presenté el proyecto. Algo nuevo comienza ahora, más interesante, más entretenido, retador. Después de estar un mes en un sin vivir amanezco el sábado con las pilas a medio cargar pero ante un día reparador, nada que ver con los anteriores. ¿Objetivo? Acompañar a mi padre, y mi madre, al
Angliru, a su sexta subida.

Montamos el campamento base en
Viapará, a 5 km de Riosa y 7,5 de la cima, una cima imposible de ver por la niebla que extendía sus dominios hasta la famosa Cueña les Cabres, una preciosidad de 500 metros mortales a desniveles del 23%. A las 14:30 h. mi padre decide bajar a prepararse, consciente de que a partir de entonces el asunto quedaba entre él y la montaña, pero no tanto como para olvidarse que Nunca correrá sólo.

Es en ese momento cuando me equipo con la
camelback bien provista y junto con mi madre iniciamos la ascensión. Ella se queda en el km 6 para escalonar los ánimos durante la carrera y yo continuo en solitario en una misión de reconocimiento que me llevará, está decidido, a ese mismo escenario justo dentro de un año, no como espectadora, sino como participante. La sucesión de cuestas y porcentajes fue bestial. Había tramos en los que me costaba subir andando, no digamos imaginar que algunos corredores fuesen capaces de realizar toda la subida corriendo. Sencillamente brutal. Así es el Angliru. Y así fue. Hasta más de la mitad de los participantes, cuando ya había descendido hasta el km 9, subieron a un ritmo extraterrestre. Más tarde llegó mi padre, que no me reconoció hasta después de la foto, sonriente, tranquilo, pasándoselo bien a pesar de la niebla, que cada vez bajaba más, y el "rasquilla" que empezaba a hacer; le animo durante metros, echo a correr un poco con él y dejo que se vaya a por su sexta cima mientras yo comienzo a descender con todo el cuidado del mundo: no apto para rodillas de cristal.

Ya en
Viapará me espera mamá y la abrumo con mi experiencia "allá arriba", no sin antes comerme el coco con unas molestias en el muslo derecho, una pequeña sobrecarga que se marchó tan pronto como estiré. Y así, haciendo tiempo, llega mi padre con unos compañeros de fatiga, que amablemente le han bajado en su coche. Y llega como marchó y como corrió: con una sonrisa de niño en su cara sabiéndose vencedor, un año más, de la cima del Angliru. Allí arriba, en soledad, uno siente la leyenda, el mito, algo inexplicable que forja un idilio. La carrera es un infierno, sí; y para mí supone un reto descomunal y terrible. Pero una vez te han puesto la miel en los labios es imposible resistirse. Algo tendrá para que mi padre acuda a su llamada año tras año, así hasta seis consecutivos.

17 comentarios:

Sandra dijo...

Cuando te propones algo, ya sabes q siempre lo consigues... así q de aquí a un año: HABEMUS!
Un besín, sister.

Unknown dijo...

Bueno, pues el año que viene te toca pisotear y dejar atrás todas esas rampas...

Un beso

More dijo...

Lo de tu padre es bestial,no hay nada que se le resista,verdad?.

Pues como dice el refran:

" De tal palo,tal astilla "

El año que viene estaras subiendo el Angliru,seguro.

Un saludo.

Jordi dijo...

No quiero ni imaginar la ilusión que le hará subir contigo... es algo que no se puede explicar, ni se puede entender.

Un abrazo!

Quique dijo...

Hola Sonia, me alegro que hayas entregado ya tu proyecto, eso es una buena prueba...

Lo de tu padre es una pasada, ya se lo he puesto en su blog...es una maquina y su pundonor es digno de admiración...chapó.

Y el año que viene te quiero leer que la has corrido ¡eh!

Un saludo
Quique

Servando dijo...

¿Eres la misma Sonia?¿La que teme a las cuestas? ... ¡Ánimo!, asi me gusta, no quieres sopa, pues toma dos tazas... Ese espiritu me encanta, desde luego teniendo el padre que tienes los retos se ven de otra forma, se ven del lado del ganador que no ve nada imposible y que por supuesto NUNCA CORRE SOLO.
ANIMO! y yo tambien me apunto como reto para el próximo año vencer a Don Ánglirú.
Un beso!

VICMAN dijo...

Así que lo tuyo es genético no?.

Enhorabuena a toda la family

Anónimo dijo...

Así da gusto ir a las carreras, con esa "inyeccion " de adrenalina no habrá montaña (por alta que sea) que se te resista. ¡ Animo SOnia! y a prepararte para el año que viene.L.A.

Jegosa dijo...

Odio las gafas, pero me encanta la luz.
Gracias por compartir "una montañita"
¡Felicidades em-pren-de-dora!

SONIA dijo...

Sandra: y tú que lo veas. Ya sabéis: excursión del Equipo Muchachita al Angliru el año que viene, que os voy a necesitar:P
Un besín sister!

CarLitros: y vaya que si toca... Sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta. Ni yo sé dónde me he metido, jeje:P
Un besazo Medio Vecino!

More: tener a mi padre en casa es un arma de doble filo; primero porque viéndole en sus gestas te entran ganas de saltar al ruedo; segundo porque los toros con los que lidia no son moco de pavo. Es un espejo en el que mirarse.
Un saludo!

Jordi: supongo que desde hace un año mi padre vive el running de forma un poco especial. Compartirlo de tú a tú con un hijo es indescriptible, tienes razón.
Un saludo!

Quique: no seré yo quien diga que mi padre es todo un campeón y un ejemplo a seguir. A voluntad no le gana nadie. Espero estar ahí el año que viene. Está decidido!!
Un abrazo!

Crazysoul: las cuestas ya no me producen pavor, ya no son imposibles. Con trabajo y fuerza todo cae por su propio peso. Y mi padre es una ayuda fundamental. Lo dicho: tú y yo quedamos emplazados el año que viene para el Coloso:P
Un beso!

Vicman: es como una tradición que pasa de padres a hijos. Mi abuelo corría, mi padre y mi tío corren, y entre la tercera generación yo he cogido el testigo, aunque también mis primas se apuntan algún tanto.
Un saludo!

L.A.: si falla todo lo demás habrá que tirar de voluntad, que no se diga que no puedo intentarlo. A ver si te animas!!
Un abrazo!

Jegosa: muchas gracias. Las gafas eran inevitables, demasiada claridad!
Un saludo!

Saturnino dijo...

Nada me gustaría más que compartir esa carrera (mi carrera especial) contigo; pero me imagino que no tendrás dudas de que el camino para llegar allí es duro y que para tí no será mucho más, así que ya sabes a ponerse manos a la obra y a mirar a las cuestas cara a cara.
Un beso.

Carlos dijo...

Un muy buen amigo mío, (desgraciadamente fallecido hace unos meses), tuvo la suerte de correr tres maratones con su hija, y siempre me decía que esa era una de las mayores satisfacciones que había tenido en su vida. De momento yo me conformo conque mis hijos salgan conmigo en alguna excursión fácil por la montaña, pero me pongo en la piel de Saturnino y pienso que puedo compartir con ellos una carrera como esa subida al Angliru y me emociono. Igual me pongo demasiado transcendente y mi comentario quede algo fuera de lugar, pero creo que es uno de los mejores regalos que os podríais dedicar.

Saludos. ;-)

PD. ¿Qué tal la presentación del proyecto?

SONIA dijo...

Saturnino: hoy me dijo Sandra que yo soy de las que persiguen hasta alcanzar aquello que se han propuesto. Ya me conoces. Cuanto más esfuerzo supone más me motiva. No tengas dudas: allí estaré contigo el año que viene.
Un besín!!

Carlos: tienes toda la razón. Aún me cuesta explicar lo que sentí cuando en la Media de León le vi venir en mi busca y me acompañó en mi último kilómetro hasta la entrada en meta. Supongo que los dos lo vivimos de forma especial cada uno a su manera. Y el Angliru, carrera talismán para él, será más especial todavía.
El proyecto está pendiente de corregir, pero creo que es un buen trabajo. Todo es mejorable pero estoy satisfecha. Muchas gracias por preguntar!!
Un abrazo!

N.G. dijo...

LA FAMILIA QUE CORRE UNIDA PERMANECE UNIDA!!
Sois todo un ejemplo.
Un saludo

SONIA dijo...

N.G.: muchas gracias. Es todo un lujo poder compartir esta afición en casa.
Un abrazo!

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Compartir aficiones es unir más los corazones. En televisión vemos subir ciclistas a ese mítico lugar y nos cansamos nada más de verlo. Enhorabuena.

SONIA dijo...

Gregorio: el atletismo es un motivo más de unión entre mi padre y yo. En cuanto al Angliru... madre mía, en directo "cansa" mucho más, uno no se da cuenta de su grandeza hasta que no lo ves.
Un saludo!!