Por fin...

Última etapa de este mes de marzo largo y entretenido; a las 18 h. salgo en procesión por primera vez en mi vida, junto con mi madre Ángeles y mi sister Sandra, quien ha publicado en su espacio personal las siguientes palabras, de las cuales me hago eco por su emoción y nerviosismo, que al fin y al cabo es lo que sentimos en estos momentos previos:

"Por fin llegó. Un año entero esperando este día. La semana se ha hecho eterna y los nervios siguen revoloteando en el estómago. Últimos retoques. Una rosa aquí, un clavel allá...última mirada: todo perfecto. Las emociones están a flor de piel. Todo el mundo anda de un lado para otro, nervioso. Alguien delante de su Virgen, de su Cristo, le pide que todo vaya bien, que no le deje solo.
La hora se acerca y la vista se escapa hacia el cielo. Ni una nube, todo despejado; nadie se quiere perder la salida del Sacramentado. Ya sólo queda una cosa: prepararse. Túnica, capillo, zapatos relucientes y a esperar ese momento en que suenen los 3 toques y alguien diga ¡A brazo!
El Arco se abre. El Cristo de la Esperanza es el primero. La calle, repleta de gente, se inunda de ese aire que sólo trae su caminar. La Piedad no le quiere dejar solo y, sin apenas despegarse de él, le sigue con la izquierda por delante. Y por último sale Ella, la Esperanza, la serenidad hecha imagen. Tan sencilla como hermosa, con sus 3 pasos de Esperanza que le acercan a su Hijo.
Y así comienza todo.Unas horas llenas de sentimientos encontrados, momentos inolvidables que, por mucho que se expliquen, sólo podemos entender los que vamos ahí dentro, los que lo sentimos, los que llevamos un año entero esperando que llegue el día; los que, con sólo oir el llamador, sabemos que nuestro sueño se ha hecho realidad y que una vez más estamos viviendo nuestro momento...

Buena puja y nos vemos en el Arco. Oído!!!...vámonos!!"