Y después de una media... más de lo mismo

Después de la Media de La Bañeza llegaba a un punto de mi preparación un poco inquieto. El primer objetivo, el 10k de León, ya estaba en la vitrina, así como una sorprendente marca personal en media, pero tocaba alargar estado y forma para llegar en condiciones óptimas para la Behobia, próximo gran objetivo en el punto de mira. Cómo fuera a afrontar los entrenamientos programados por el Míster era una completa incógnita, porque normalmente, después de 21km, me pasaba unas semanas en el limbo deportivo. 

Pero llegó el martes, 60' me esperaban, y los afronté con la energía y los buenos ánimos de mi padre, quien esta semana se ha convertido en mi compañero inseparable de fatigas runneriles. Buena conversación, mucha hierba, ritmos cómodos y un entrenamiento más. El miércoles, sin embargo, después de hacer el calentamiento con mi padre, cada uno se fue a hacer lo que tenía programado; en mi caso fueron cuestas, un entrenamiento duro, duro, duro, que me hizo apretar los dientes y lidiar con el cansancio que arrastro... En total, 6x2' de trabajo intenso. Eso sí, bonito descalentamiento que me marqué, suavecito, por la Candamia, bajo una lluvia de hojas amarillas y marrones (ya empezamos a correr con alfombra).

El descanso del jueves fue pura maravilla y el viernes volvimos a la carga con otros 60' a ritmo controlado sin más historia que esa. Pero llegó el domingo, y así sin pensar en nada más iniciamos el camino para completar 90'. El cansacio va haciendo mella, así que toca amoldarse a un ritmo cómodo y aguantar como sea. Hasta los 60' está todo bajo control, pero la última media hora fue bastante sufrida. Sin embargo había que seguir manteniendo el ritmo como se pudiera y por suerte así fue. 15km a una media de 6', muy cansada, pero contenta de poder sumar km. Si me dicen esto hace unos meses, no me lo creo.