Acabando una etapa... empezando otra.

Hoy sería el día perfecto para hacer balance de lo positivo y negativo de este 2010 que ya termina. En cuanto al aspecto personal se refiere, el análisis prefiero guardármelo para mí, porque ocurre que nosotros mismos somos los jueces más justos, acaso los más severos. Sin embargo, antes de continuar, quiero darle al play y dedicarme esta canción que me acompaña últimamente en mis rodajes...

Deportivamente hablando no se me ocurre mejor balance del 2010 que la San Silvestre celebrada ayer en León en compañía de mi padre. Una tarde espectacular para correr codo con codo con la persona "que tiene la culpa", para disfrutar de los amigos que comparten aventuras con nosotros. Un salida controlada bien situada en el pelotón, donde a mí me gusta, corriendo sin pensar, tan solo siguiendo la batuta de mi padre, concentrándome en la respiración, simplemente corriendo. En el km 3 miro el crono y apenas me lo creo, ¡¡15'!! Voy trabajando la carrera, si he aguantado la mitad a 5' puedo soportar la segunda; la zona de la plaza de toros se me atasca, el ritmo es demasiado alto para ese falso llano y tengo que levantar el pie, pero lo sufro y aguanto la embestida hasta que el terreno suaviza y comenzamos a bajar. 

 Cortesía de L.A.

Le digo a mi padre que no estoy en condiciones de dar un cambio, en el km. 5 marcamos vuelta y hacia la meta como balas... literalmente, porque sí metimos velocidad ("¡no esprintes todavía, que queda mucho!") y coronamos carrera y año con un último kilómetro en 4'28". Quizás no hay mejor balance que ese...

Foto de Sandra

Feliz Año a todos