Leer o no leer

Leemos porque nos divierte, porque nos distrae, porque queremos conocer el mundo, porque nos hace pensar o simplemente no leemos. Decía Jorge Volpi en El cerebro y el arte de la ficción que el hombre no gastaría tanto tiempo y energías en crear (y consumir) ficción si no sirviera para nada. 


El tiempo de ocio se dilata a conveniencia, las horas dan para mucho si se sabe invertir bien el tiempo libre. Un buen libro entre manos no requiere más que media hora si acaso. Media hora que en ocasiones resulta imposible sacar. Mi nueva vida trae ciertos cambios, como leer en el metro o el tren, buscar la concentración entre el bullicio capitalino y desear a veces que la próxima estación no llegue nunca.

La culpa la tiene últimamente Anna Karenina (y en inglés, para practicarlo), un clásico que tenía ganas de leer, a pesar del poco tiempo que tengo para hacerlo. Pero bueno, mejor leer entre empujones que no leer, ¿cierto?

2 comentarios:

RA dijo...

Hubo una campaña en Metro de Madrid en la que se colocaron carteles en el interior de los vagones con la primera página de algunos libros. El Metro es un buen lugar para leer. Por cierto, ¿en inglés?, mejor en ruso :)

SGF dijo...

A leer entre empujones y desear que la próxima estación no llegue nunca, yo le llamaría: devoción.
Un beso Sister