¿QUÉ SIGNIFICA SER OPOSITOR?

Casi me da la risa leer esta pregunta... Sobre todo ahora que estamos tan cerca de que empiece la fiesta. Me vais a disculpar, pero es que en mi familia, desde hace ya algunos años, se habla de oposiciones, estudios, exámenes, dudas y comeduras de coco en demasiadas ocasiones (casi todos los días, vaya). A falta de uno, somos tres opositores, en tres campos diferentes, pero azotados por el mismo denominador común: la crisis y la falta de oportunidades.

Porque, reconozcámoslo, estudiar todos los días en un régimen de vida monacal sabiendo que uno tiene aspiraciones y, por lo tanto, un objetivo bien claro y definido, da mucha moral. Pero hacerlo con la casi certeza de que no será tu año debido a las escasísimas plazas, tiene algo de masoquismo poco gratuito.

Y ante este panorama, ¿qué es, entonces, ser un opositor? Para empezar, implica que emplearás mucho tiempo en lograr tu objetivo (hablamos de entre 2 y 4 cuatro años, si las cosas se dan de cara), con todo lo que eso conlleva en cuanto a estilo de vida se refiere. Tu tiempo deja de ser tangible y real y entras de lleno en una esfera dimensional atemporal en el que todos los días amaneces como la marmota: comes, duermes y estudias (y los más afortunados compaginan esa "apretada" agenda con el trabajo, de forma que los días se desdoblan en dos).

Diseño de JC Fernández para De hoja roja

¿En qué se traduce esta circunstancia? En que dejas de ser tú mismo y te conviertes en una especie de robot programado para estar sentado en la misma silla hora tras hora (ay esa silla... esa bendita silla del demonio...). Casi tienes la sensación de que estás tan mecanizado que podrías pasar sin comer si te dejan solo. Lo que me recuerda, señores, que un opositor no puede quedarse solo (en su habitación sí, es humanamente necesario), alguien tiene que asegurarse de que se alimenta, se lava y sale a la calle con los calcetines iguales; alguien tiene que aguantar los cambios de humor, las malas contestaciones, los bajones depresivos; alguien tiene que escuchar los interminables repasos y hacer que oye aunque esté pensando en un lugar feliz; alguien, en definitiva, tiene que rescatarte del olvido temporal y hacerte ver que allí, al otro lado, existe la vida, esa que tú tienes hipotecada.

Y es que durante todo ese tiempo que tú pasas atado a la "silla eléctrica" (esa bendita silla del demonio...), la vida sigue y continúa... pero sin ti. Ante cualquier plan que te propongan (cena, fiesta, barbacoa, café, carrera, ruta, celebraciones varias) la respuesta que das es siempre la misma, invariablemente: "NO". Algo que te hace valorar los pequeños detalles y, por supuesto, las personas que los comparten contigo. Porque esa es otra de las consecuencias de ser opositor, que entre tanto "alguien" hay gente que no está a la altura y te deja solo (y no para estudiar precisamente). 

Ya queda menos para el objetivo y quizás dejemos de hipotecar tiempo pronto. Y regresemos a la vida normal de la gente normal que sale a la calle sin calcular el recorrido más corto para llegar antes o no se escucha en su teléfono, repasando los temas una y otra vez, como un mantra. Puedo aseguraros que debajo de todo este metal ensamblado durante tanto tiempo, y estos tornillos que a veces se nos caen, seguimos imbatibles al pie del cañón con una esperanza grabada en nuestro software: 

"no fue fácil, pero lo logré"

2 comentarios:

Tequiero Portusvinilos dijo...

Sonia, preciosa, yo que te veo día tras día al pie del cañón, con una fortaleza a prueba de bombas y una profesionalidad impecable, trabajando en un centro de especial dificultad, del que, en los últimos nueve años, he visto salir a más de uno despavorido (lo no significa necesariamente salir "fuera" del centro, jeje), entiendo tan bien lo que cuentas...
Cuando opositas, tu mundo se detiene. Mientras, a tu alrededor, el de los demás sigue girando.
Y es cierto, es un buen filtro para saber quién está contigo, quién te sostiene, quién camina de tu mano...
Quizá no podamos pedirle a todos lo mismo pero a veces es duro sentir que no te piensan, que no se acuerdan, que no están.

Mucha fuerza y mucho ánimo, que dentro de nada tu mundo va a girar muy deprisa otra vez.
Todos mis besos.
Nuria

Saturnino dijo...

En la vida casi ningún camino es sencillo, pero si uno se esfuerza y es constante se suele llegar al final; y sino siempre estarán todos los que te quieren a tu lado. Paciencia, tranquilidad y mucho ánimo.
Un beso.